Por Crónicas de Chile
Santiago de Chile.- Como migrantes venezolanos en Chile, Eudo Hernández, Adrián Adrianza y Freddy Ferrer se identifican muy bien con las dificultades de quienes meten el corazón en su maleta y buscan reconstruirse en otro país. Lo saben porque lo vivieron y a diario brindan asistencia.
Eudo se graduó como abogado en la Universidad Rafael Urdaneta. En Maracaibo tenía su bufete propio, pero emigró inicialmente a Lima, Perú, por la inestabilidad. Allí le tocó ganarse la vida principalmente como garzón (mesonero), asistente en una empresa de barcos pesqueros y venta de seguros de vida.
“Un día me di cuenta que quienes trabajaban conmigo llevaban años en el restaurant. Y me dije: ‘Ellos ven su futuro aquí. En qué estoy pensando. Esto no es para mí”, recuerda. Eso lo hizo moverse a Santiago en marzo de 2019. Estuvo 15 días buscando trabajo y el 14 de abril comenzó en una firma como asesor jurídico comercial. Evaluaba casos y trazaba una estrategia para juristas chilenos.
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Adrián, por su parte, arribó en enero de 2019 a Chile como turista. Se había especializado en el área financiera y de seguros tras graduarse como abogado en Urbe. Llegó con su esposa y una hermana. “Mi primer trabajo fue como bodeguero al día siguiente de llegar y durante dos semanas. Luego de eso tuve una diversidad de trabajos: Fui operador en una fábrica de masas, junior de una empresa de corretaje de seguros y asesor jurídico comercial en una firma chilena”, explica.
Adrianza siempre tuvo el foco claro. Su formación en esa área la inició a los 18 años. Por ello lo absorbió un escritorio jurídico importante. Freddy Ferrer se tituló como abogado en LUZ y de inmediato trabajó en los tribunales civiles, en Torre Mara. Formó parte del Juzgado Civil, Mercantil y de Tránsito y se encuentra en la etapa final de sus estudios para graduarse como magíster en Derecho Penal y Económico. Hizo carrera judicial por tres años hasta que salió a Santiago.
«Me recibió mi primo en un departamento monoambiente. Me tocó aprender y crecer dentro de todo lo que ha implicado este proceso migratorio y lo he logrado con el apoyo de mi novia, con quien comencé a vivir un mes después de haber ingresado al país», cuenta.
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Su primer empleo fue vendiendo chips y equipos telefónicos. Renunció a las tres semanas en busca de mejores oportunidades. Se fue a una importadora. Le tocaba descargar más de 25 kilos en cajas de repuestos de camiones. Luego pasó al área administrativa, de importación. Se vinculó con los proveedores.
¡Nace una empresa!
Y, un fin de semana, coincidieron. Eudo tenía la idea de establecer una sociedad y se lo plantea a Adrián. Juntos se la exponen a Freddy. Y en agosto de 2021 nace Innova Law, empresa que constituye el ideario de estos tres abogados, emprendedores y socios que, a lo largo de su ejercicio profesional, prestan servicios jurídicos en ámbitos de asesoría y consultoría.
El estudio ha generado alianzas con un equipo multidisciplinario de profesionales habilitados para el ejercicio, buscando como norte darle respuesta a las inquietudes que surgen en el plano jurídico, principalmente de la comunidad de venezolanos residentes, sin ser esto restrictivo para la anuencia de extranjeros de otras nacionalidades con residencia en Chile.
Hoy se proponen convertirse en una empresa líder, principalmente en el tema migratorio. También ofrecen servicios jurídicos en el ámbito corporativo, civil, defensa de deudores y financiero.
Igualmente, Innova despliega una alianza para la prestación de servicios jurídicos en asuntos migratorios de Estados Unidos.
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