Caracas.- La ONG Observatorio Venezolano de Prisiones (OVP), informó este lunes 21 de septiembre que según su registro en los seis primeros meses del 2020, murieron 11 presos en la Comunidad Penitenciaria Fénix, ubicada al norte de Barquisimeto, estado Lara.
A través de un comunicado, el OVP detalló que de los 11 fallecidos, 10 perdieron la vida por condiciones de salud, específicamente por enfermedades como tuberculosis y obstrucción intestinal; sin embargo hizo énfasis en que la mayoría de ellos tenían indicios de desnutrición.
Uno de los presos fue asesinado con un arma blanca, no obstante las razones de este crimen estuvieron asociadas a las carencias del penal, pues el interno había robado agua y comida para sobrevivir, lo que trajo como consecuencia que sus compañeros de celda lo ultimaran como castigo, detalla la ONG.
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Enfermedades como la tuberculosis pueden ser tratadas y curadas si se diagnostican a tiempo, pero OVP asegura que debido a la falta de medicamentos y de una dieta balanceada, esta es una enfermedad mortal para los reclusos venezolanos.
Desde principios de año y como consecuencia de la suspensión de la “paquetería” por parte de los familiares que debían cumplir con la cuarentena ante la pandemia del COVID-19, arreció el hambre dentro de las celdas de Fénix Lara.
No tenían las tres comidas diarias e incluso les redujeron las porciones que a duras penas les daban, por lo que se comenzaron a evidenciar casos de desnutrición y el OVP documentó casos de reclusos que rebajaron hasta 30 kilos de peso.
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Aunado a ello, la población penitenciaria no cuenta con un médico dentro de las instalaciones que pueda atender emergencias, razón por la que la mayoría de las víctimas fueron trasladadas a un hospital cuando estaban en estado de gravedad o fallecieron dentro del penal.
Sobrepoblación y hacinamiento
En la cárcel de máxima seguridad que fue construida en 2013 con una capacidad para albergar a 1.500 personas, actualmente conviven 2.300 hombres y 171 mujeres, lo que representa un hacinamiento de 65 %, según los datos obtenidos por OVP.
Las cloacas en el área de Máxima también colapsaron este año, lo que implicó el traslado de más de 300 presos hacia un galpón del Centro Penitenciario David Viloria, mejor conocido como Uribana, ubicado a escasos metros de Fénix.
Al transcurso de un mes los presos fueron retornados y ubicados entre las áreas de Observación, Mínima y Media, reduciendo aún más los espacios. El área afectada por el desbordamiento de aguas servidas aún se mantiene desolada y a la espera de que culminen los trabajos de reparación.
50 dólares para poder tener agua
En la Comunidad Penitenciaria Fénix, los presos pagan hasta 50 dólares por el servicio de agua potable. Sus familiares son los encargados de cancelar estos montos a través de pago móvil.
El cobro por el servicio fue suspendido una vez que la ONG visibilizó las denuncias, pero actualmente cada privado de libertad tiene acceso a un tobo de agua semanal, mismo que deben usar para lavar la ropa, sus necesidades fisiológicas y consumo humano.