Santa Bárbara de Zulia.- El asesinato de Eudys Esli Salas Muñoz, de 36 años, cometido por mafias que delinquen en la frontera con Colombia, ocurrió también durante un apagón.
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Durante la madrugada del martes 30 de julio, en El Cruce, donde ocurrió el ataque contra cuatro agentes del Cuerpo de Policía Bolivariana del Estado Zulia (Cpbez), todo era oscuridad, porque desde el viernes 26 de julio el poblado quedó sin energía eléctrica.
La comisión policial pasaba por la estación de servicio Río Catatumbo, en la parroquia Barí del municipio Jesús María Semprúm, cuando divisaron a hombres dentro de una camioneta Toyota Hylux, color beige.
«Los funcionarios dieron la voz de alto, pero estos encendieron la unidad vehicular y se produjo una persecución. En un camellón cercano se produjo la emboscada donde también había hombres con armamento a bordo de un camión Tritón, color gris oscuro», relató una fuente del Servicio de Investigación Penal del Estado Zulia (Sipez).
La policía confirmó que el ataque contra los agentes se produjo con «armas largas», sin precisar el tipo o calibre. Allí Salas cayó malherido y, a los pocos minutos, murió desangrado con múltiples disparos en la región torácica, cabeza y extremidades inferior y superior.
Dos de sus compañeros, Yoaniel Uzcátegui y Guillermo Azuaje, sobrevivieron y fueron llevados por otros efectivos a un centro clínico en Machiques.
Este miércoles 31 de julio, durante la despedida de los restos mortales del oficial de policía en la población de Encontrados, sus compañeros de armas cargaron su cuerpo y dieron el último adiós. Sus lágrimas empañaban sus mejillas. No aceptan la pérdida.
A los familiares les informaron que entre los honores, con minuto de silencio y aplausos, le confirieron el ascenso postmortem al grado superior inmediato como supervisor agregado. Ya Salas había sido ascendido a supervisor jefe el pasado 16 de julio, Día Nacional del Policía.
De sus verdugos no se conocen mayores datos. La policía en la zona presume que los asesinos son miembros de mafias que operan al margen de la ley, cometiendo contrabando de extracción de gasolina y diversos rubros. Ningún grupo ha sido señalado como responsable del luto que se vive en los cuarteles del Cpbez en la subregión zuliana.
Un oficial ejemplar y colaborador
«Adiós mi monito», dijo su amiga Maite, al mostrar una fotografía de Salas junto a su hijo, con los tambores que tributan a San Benito de Palermo.
«Colaborador y buen amigo, siempre te recordaremos», posteó el oficial Álvarez, de otro componente policial, al describir a Eudys.
El cuerpo de Salas, velado desde la noche del martes 30 de julio en la avenida principal de Encontrados, municipio Catatumbo, fue cargado hasta el camposanto padre Rogelio Larreal.
Sus padres, Alí Salas y Chila Muñoz, lloraban sin consuelo por la pérdida de uno de sus hijos. La hermana del fallecido estaba consternada, al igual que su esposa y madre de sus tres hijos: dos varones, uno de meses, otro de seis años y una hembra de 11.
El oficial perteneció al extinto Grupo de Respuesta Inmediata (GRI) y luego lo devolvieron al Cpbez, donde estuvo por más de una década.
En los componentes policiales de la subregión lamentaron el deceso y más por tratarse de un efectivo asesinado en el cumplimiento de sus deberes. Al igual que el 17 de abril, en el mismo poblado de El Cruce, grupos armados asesinaron al oficial Euro Montiel, también del Cpbez.
Sin palabras que alienten la pérdida, lloran a Eudys en su también ascenso al cielo.