Barquisimeto.- Óscar Fernando Colmenárez Vizcaya, de 19 años de edad, fue asesinado el 7 de junio, a las 5:00 pm, por una división de la Policía del estado Lara casi dos meses después de escapar del Centro Socioeducativo Pablo Herrera Campins, retén de menores de Barquisimeto.
El joven participó en una fuga con otros seis compañeros de celda el 9 de abril. Estaba privado de libertad por homicidio. En noviembre de este año cumpliría su condena, recordó su madre, Carla Vizcaya, durante una entrevista concedida a Monitor de Víctimas.
Vizcaya aseguró que la Dirección de Inteligencia y Estrategias Preventivas (Diep) de la Policía del estado Lara sometió a su hijo para matarlo cuando salía del baño de la casa donde se ocultaba, en el barrio La Sábila de Barquisimeto, y posteriormente reportó su deceso en un enfrentamiento.
Según la minuta, Colmenárez hirió con un arma a un oficial cuando le dieron la voz de alto. Dos testigos del procedimiento negaron esa versión a la familia de la víctima.
“Yo perdí a mi hijo por ellos. Llegaron y él saltó una pared, le dieron un tiro y cayó a la casa de un vecino pidiendo auxilio. Ya estaba rodeado y los policías le siguieron metiendo el arma en la herida, le decían: ‘te vas a morir, maldito’”, comentó su madre. Asimismo, señaló que en el operativo de la Diep presuntamente actuó el exdirector del retén de menores aunque no pertenece al organismo de seguridad.
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“Miguel González andaba con la comisión. A él lo sacaron del retén porque maltrataba a los muchachos. Yo me encargué de denunciarlo y él llegó a acusarme de pasar cripy (droga)”, indicó Vizcaya, quien pidió una investigación al Consejo Legislativo del estado Lara (Clel) en años anteriores por los castigos que sufrían los jóvenes en el lugar. Su hijo fue golpeado y aislado en el sótano del retén, según su testimonio.

Policía envió una advertencia
Un mes antes del procedimiento, la Diep alertó a Vizcaya por teléfono de que no se harían responsables de la vida de su hijo si no era recapturado.
“Lo prefería preso antes que muerto. Yo se lo había entregado a la Diep y no lo agarraron”, agregó la madre de la víctima.
Vizcaya cortó comunicación con su hijo en mayo porque él se negaba a ponerse a la orden de las autoridades. Todas las semanas funcionarios de la Policía del estado Lara y la Policía Nacional Bolivariana (PNB) llegaban a la casa de Vizcaya para interrogarla a ella y a sus cuatro niños.
Tres días antes de perder a su hijo, Vizcaya fue hasta la casa donde él se ocultaba a llevarle comida. “Yo tenía casi un mes sin verle la cara (…) Me pidió que me quedara con él y yo le dije que podía entregárselo a un fiscal porque le faltaba poco para salir, pero él no quería porque creía que lo iban a matar”, contó Vizcaya entre lágrimas.
Colmenárez estaba recluido en el Centro Socioeducativo Pablo Herrera Campins desde los 16 años. Habría cumplido 20 en octubre.