Caracas. Aunque en casi todos los países la han declarado ilegal, la esclavitud moderna sigue vigente. El Índice Global de Esclavitud 2016, la define la esclavitud como una «situación de explotación a la que una persona no puede negarse debido a amenazas, violencia, coerción, abuso de poder o engaño».
Las venezolanas que emigran, de acuerdo a un estudio que realizó la agrupación Éxodo en 2018, con apoyo de la Embajada Británica, son un número importante de ellas. La Organización Internacional del Trabajo (OIT) calcula que hay unas 4,5 millones de víctimas de explotación sexual forzada a nivel mundial, y según cifras extraoficiales que maneja la ONG, hasta 2018, unas 200 mujeres nacidas en el país han sido rescatadas por situaciones de trata.
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Colombia, México y España son los países que puntean la lista de polos de atracción de venezolanas para luego hacerlas víctimas de explotación sexual. Dorennys Angulo, directora de la organización Éxodo, detalla que esta información la han determinado a través de los reportes de prensa, y han identificado que la mayoría de los «cazadores» provienen de estructuras criminales.
Para dar con los resultados, el proyecto se realizó en cuatro estados del país. Por su condición de entidad de frontera se eligió a Táchira, Zulia, Bolívar. También se eligió Anzoátegui; pues, de acuerdo a Ángulo, en esta región del país se ha identificado altos números de víctimas de trata de personas.
La vulnerabilidad económica ¿sinónimo de carnada de venezolanas?
Desde inicios del 2014, el perfil del venezolano que emigra ha cambiado. La mayoría de personas que deciden irse a otros países son jóvenes, profesionales y con ganas de trabajar; pero la mayoría está en un estado de vulnerabilidad. Esta fragilidad hace que se vean envueltas en redes criminales que les ofrecen la posibilidad de solucionar todos sus problemas económicos o financieros, porque en definitiva eso es lo que fueron a buscar.
Según cifras del Banco Mundial 3 millones 700 mil de venezolanos han decidido dejar el país, de ese número más de 2 millones se encuentran en América Latina. Esta realidad hizo que naciera en nosotros la necesidad de indagar cómo la migración afecta de manera diferenciada a las mujeres, adolescentes y niñas; pues, por el hecho de ser mujeres, hemos entendido que las desigualdades que vivimos las damas no son las mismas que las que tienen los hombres, y estas no se quitan cuando cambiamos de país.
En ese contexto de migración con vulnerabilidad, en Éxodo nos planteamos la hipótesis de que se están llevando a cabo tres tipos de delitos, que están afectando a nuestras mujeres. Los tres están descritos en Ley Orgánica sobre el Derecho de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, sancionada en 2007: la esclavitud sexual, prostitución forzada y trata de personas, en todas sus formas.
¿Tienen cifras de cuántas mujeres venezolanas han sido víctimas de trata?
En Éxodo no tenemos cifras puntuales de las mujeres venezolanas que han sido víctimas de este delito, pero de acuerdo a datos extraoficiales, unas 200 mujeres venezolanas han sido rescatadas por situaciones de trata hasta 2018. Años atrás era raro encontrarse con una noticia de este tipo, actualmente es una situación común.
En el último informe de la Oficina de Naciones Unidas par Droga y Delito, que saca cada seis meses, se refleja que alrededor de un 80 % de las víctimas de trata y explotación sexual son mujeres, y que cada vez tienen menos edad, la mayoría no llega a los 18 años.
¿Las venezolanas son captadas desde antes de migrar o cuando ya salieron del país?
Es indiferente, Pero la mayoría de los casos se están dando cuando ya las venezolanas pisan otras fronteras. Sin embargo, los dos modos están ahí. Hay víctimas que son captadas por la red desde Venezuela, por medio de conocidos, o si la necesidad de ellos; pero también están las que son seleccionadas una vez que se establecen en otro país.
La trata de mujeres ¿un delito invisibilizado?
Es correcto. Cuando se habla de trata es importante la una aclaratoria básica y es que todos los casos a los que tienes acceso son la punta del iceberg. La esclavitud sexual es un delito invisibilizado, que ocurre en la clandestinidad, y cuyas víctimas tienen mucho miedo de denunciar sea por pavor a sus victimarios o la desconfianza que le generan las autoridades.
Este cóctel hace que encontrar casos sea una tarea tan ardua, pero allí están. Hay muchas mujeres que padecen un infierno y lo desconocemos.