“En Venezuela se acabó el pranato” declaró el ministro de Interior y Justicia, Remigio Ceballos, tras la intervención de la cárcel de Tocuyito, en el estado Carabobo, ocurrida el 25 de octubre.
A este operativo se le suman los realizados en Tocorón, en el estado Aragua, el 20 de septiembre, y en Puente Ayala, estado Anzoátegui, el 30 de octubre.
Las características comunes de estos tres despliegues fueron que los cuerpos de seguridad tomaron el control, a los presos los trasladaron y los pranes se escaparon.
Ante la aseveración del ministro sobre el fin de los grupos criminales en los centros penitenciarios, el Observatorio Venezolano de Prisiones (OVP) publicó un informe, el 29 de octubre, en el que aseguró que siete prisiones seguían bajo dominio del pranato.
El Pitazo elaboró una lista de las prisiones y sus líderes, que se redujo a seis, en vista de la toma de Puente Ayala, donde se encontraba el pran Yunior Yagüez, alias “Pata´e queso”, que ahora se encuentra en fuga.
A continuación, describimos a cada uno de los pranes que siguen dominando cárceles en el país, según informó el OVP:
Álvaro Montilla, alias «el Loro«, pran del Internado Judicial de Trujillo
“El Loro” no consume drogas, pero sí mucho whisky. Se desplaza por el lugar vistiendo ropa de marca y quienes lo protegen impiden que otros presos se le acerquen, a menos de que pidan permiso. Estos fueron algunos detalles descritos por el OVP sobre Álvaro Montilla, señalado de ser el pran del Internado Judicial de Trujillo.
Lo descrito en una investigación realizada por el observatorio, narra que Montilla es un temido delincuente que solía organizar peleas entre los internos para resolver conflictos. Dependiendo de la gravedad del asunto, les permitía golpes o un puñal para enfrentarse.
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Robo y homicidio perpetrados en Caracas lo condujeron a esta prisión y en 2016, cuando se publicó el trabajo, “el Loro” llevaba siete años encerrado. En ese entonces ya había pagado su pena, pero decidió quedarse para extender su dominio criminal.
Durante su poderío estableció reglas que incluían la tortura contra presos que infringían normas, es decir, desde delinquir sin su permiso hasta mirar a la mujer de otro preso.
Pedro Manuel González Mata, alias “Pedro Rapidito”, líder del Internado Judicial de Monagas, conocido como La Pica
Su estatus dentro del penal dejó de estar claro en junio de 2022, cuando grupos de presos se enfrentaron para quitarle el poder. Esto se supo luego de que medios regionales dieron cobertura a la reyerta que ocurrió ese mes y causó la muerte a seis presos y heridas a dos.
La polémica rodeó a Pedro Manuel González Mata, alias “Pedro Rapidito”, desde que fue condenado a prisión por posesión de drogas. Fue en febrero de 2014 cuando resultó detenido junto a sus dos hermanos en un allanamiento que realizó la policía en su residencia.
El Tribunal Primero de Juicio de Monagas le impuso una pena de nueve años y sus parientes quedaron libres, luego de que este confesó que los negocios criminales eran solo de él. Sin embargo, cuando asumió el pranato de La Pica, invitó a sus hermanos a que se unieran a su causa, petición que fue aceptada.
En 2019, su nombre resonó en el país luego de que se difundió un video de sus hermanos Juan y Pablo González, enviando un mensaje a habitantes del estado Monagas instándolos a que votaran en las elecciones de este año por los candidatos del chavismo.
En el material audiovisual, se enfocó a un grupo de más de 100 hombres que aplaudieron luego de sus declaraciones, presuntamente, se trataba de presos.
Fredy Barboza Ilarraza, pran del Internado Judicial de San Felipe, conocido como La Cuarta
Los datos obtenidos por El Pitazo sobre el pranato en el Internado Judicial de San Felipe, conocido como La Cuarta, son imprecisos. En su más reciente publicación, el OVP detalló que esta cárcel se encuentra dirigida por Fredy Barboza Ilarraza, quien está preso desde 2013, pero en 2022 ocurrió una serie de hechos violentos que involucran a otros nombres de presos.
Medios de comunicación de Yaracuy, informaron que en mayo de 2022 fue asesinado dentro de La Cuarta Kleiber Alexander Pérez, de 40 años; pran desde 2019. Lo atacó violentamente mientras dormía, la única persona que tenía libre acceso a sus áreas privadas: Miguel Ángel Arretureta, de 36 años, el segundo con más poder en la prisión.
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“Miguelacho”, como era conocido, gobernó hasta noviembre de ese año, cuando fue asesinado por un grupo de presos que buscaba vengarse por el asesinato de Kleiber Pérez. No hubo fuentes que precisaran quién quedó al mando desde entonces.
Respecto a Barboza, es conocido con el alias “La Charru”. Dirigía una banda de secuestradores y extorsionadores, también dedicada al sicariato, que operaba en los municipios San Felipe y Veroes, del estado Yaracuy.
Hasta que fue detenido por funcionarios del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin). Posiblemente, luego de los asesinatos de los dos líderes llegó el turno de “La Charru” de asumir el liderazgo.
En el Internado Judicial Vista Hermosa, en el estado Bolívar, conviven los pranes “Wilkins”, “Pan” y “Chichi”
Sentenciados por el sicariato de María Gabriela Casado Acero, ocurrido en 2010 en el estado Bolívar, siguen juntos en el mundo delincuencial, específicamente dirigiendo el penal de Vista Hermosa en su condición de pranes, Wilkins Rafael Romero Maluenga, alias “Wilkins”; Giovannny Alejandro Navas Ochoa, alias “Pan”, y Edison González, alias “Chichi”.
Además de su reconocida crueldad a la hora de imponer orden dentro de este internado judicial, estos líderes controlan el ingreso y distribución de alimentos en el lugar, según la investigación Prisiones venezolanas: repúblicas independientes del crimen.
En este trabajo se señala que los pranes también dirigen negocios fuera de la prisión, como venta de víveres. Entre 2021 y 2023, estos tres presos ya deberían estar en libertad al cumplir sus condenas, que fueron desde 10 a 12 años, pero siguen dentro de la cárcel.
Para realizar la investigación, un equipo de periodistas ingresó al penal y en la publicación se describe que el lugar es custodiado por funcionarios de la Guardia Nacional Bolivariana, pero en el interior del recinto carcelario, las órdenes las dan “Wilkins”, “Pan” y “Chichi”.
Entre las penas que imponen a presos que no cumplen con las normas que establecieron en el lugar, están los disparos a quemarropa que ordenan darles. Suelen ser en las extremidades en donde ocasionan estas heridas. Según la gravedad de la falta, aumenta la severidad del castigo.