“¡No te maquilles!”. Así comenzó el calvario para Claritza Ron, cuando apenas estaba recién casada con el abogado ligado al chavismo Jesús Silva. Desde ese momento su vida de pareja estuvo signada por atropellos, vejámenes, insultos y golpes. Ron es hoy una de las caras visibles de cientos de mujeres que sufren violencia de género en Venezuela.
El tribunal Cuarto de Control de Los Teques, capital del estado Miranda, dictó medida privativa de libertad contra el jurista por considerar que existían elementos de convicción en el expediente en su contra, donde su exesposa lo denunció por la comisión de nueve delitos de violencia contemplados en la Ley Orgánica sobre el derecho de la Mujer a Una vida Libre de Violencia
El 30 de marzo, una semana después, Ron intentó hacer una entrevista con la presidenta de Fundavivir en el municipio Carrizal, Jenny Ahumada, pero esta fue saboteada por hackers.
El 17 de marzo, Silva fue detenido en el municipio El Hatillo y privado de libertad por 24 horas, fijándose luego como sitio de reclusión la sede del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin). El 9 de febrero de 2019, relata Ron, su esposo, candidato a rector de la Universidad Central de Venezuela (UCV), le había roto la mano en tres pedazos. Cuando Ron sufrió la fuerte golpiza por parte de Silva, tenía a su hijo menor, de cuatro meses de nacido, en los brazos. Para protegerlo lo lanzó a la cama, y Silva la empujó contra la pared.
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Ahumada, en su programa Soy Mujer, tuvo como primera invitada a Ron, quien detalló como el jurista la inducía a suicidarse. “Me ponía una cuerda en la sala, me hacía sentir que mi vida no tenía sentido y luego me decía: ‘Toma la cuerda y haz lo que tienes que hacer’. Él me tenía la cuerda en la sala para que me suicidara”. Fue parte de la revelación que dio Ron, a la espera de la sentencia de divorcio, luego de dos años y dos meses de comenzar el proceso legal contra su pareja y padre de sus dos hijos.
“Pasaron los años y siguió siendo el mismo agresor, maltratador; la misma persona que me maltrataba física y psicológicamente todos los días”, dice Claritza a Ahumada.
Ron detalló que todo había comenzado con empujones y cachetadas, que fueron parte de la violencia física que vivió durante nueve años. “Él me decía que me estaba cuidando”.
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Apoyamos desde el primer momento
Ahumada, quien también es primera dama del municipio altomirandino de Carrizal, señaló que desde que recibieron la primera denuncia de Ron ha trabajado en el acompañamiento de la víctima. “Atendemos desde Fundavivir los sectores más sensibles del municipio, y por eso surge el programa Carrizal con Nombre de Mujer”.
Detalló que se está trabajando en las cifras de incidencia de casos de violencia de género. “Son denuncias que han aumentado, por lo que estamos creando un espacio de atención integral y de crecimiento personal, además de la creación de la Línea Violeta, un número telefónico exclusivo para la atención de las mujeres víctimas”, dijo.
Para Ahumada, quien también es coach profesional, el acompañamiento integral fue clave en la lucha de Ron para adelantar su caso y su denuncia. “No dejamos atender el desarrollo personal de la mujer, y esto es clave, en casos como el de Ron y de otras mujeres”, dijo.
Finalizó señalando que es necesario este acompañamiento para darles a las mujeres víctimas de violencia de género la fuerza y determinación para continuar el proceso.