
Maturín.- Ariannys, Cristina y Manuel Antonio tienen tuberculosis. Son niños de 7, 4 y 3 años de edad, respectivamente, que están recluidos en el servicio de pediatría del Hospital Universitario Dr. Manuel Núñez Tovar, en Maturín.
Las dos primeras son hermanas, provenientes del sector Santa Inés, en la parroquia San Simón de la capital de Monagas. La mayor estuvo un mes hospitalizada en el Núñez Tovar con una afección en el corazón, que luego los médicos comprobaron que era causada por esa bacteria. Reingresó al centro asistencial el 12 de agosto con una recaída.
Ese domingo entró junto a Cristina, quien tenía fiebre muy alta y líquido en los pulmones, según detectaron los especialistas que la atendieron en la emergencia pediátrica. La mamá, Yamira Rosillo, explicó que es probable que ambas hayan adquirido la enfermedad al tener contacto con su papá.
Su esposo contrajo tuberculosis trabajando como recolector de basura y descargando los desechos en el vertedero de Potrerito, en la zona oeste de Monagas. Rosillo dijo que el hombre tomó medicamentos por un mes, pero no ha podido hacerse la prueba de control porque en el hospital no hay reactivos para hacerla y no tienen dinero para pagarla en un laboratorio privado.
Manuel Antonio Santacruz tiene seis días hospitalizado y aún no inicia tratamiento, al igual que las dos niñas. Mariana Figueroa, su mamá, refirió que están esperando los resultados de los exámenes, que deben estar listos en cinco días y apenas le tomaron la muestra de sangre el 13 de agosto.
Se trata de una familia que reside en El Corozo y que también ha tenido otros integrantes con la misma infección pulmonar. La madre de Mariana murió hace un mes con tuberculosis. «Ella mantuvo eso en secreto. Ella cuidaba a mis hijos mientras yo trabajaba, porque soy madre soltera», explicó.
El hijo mayor de Mariana tiene 11 años y recibió tratamiento contra la tuberculosis. Recientemente, le hicieron la prueba de control y salió negativa. Confía en que no tenga una recaída porque no sabe de dónde sacará dinero para costear el tratamiento.
Hoy pide ayuda desde el hospital, porque mientras estuvo cuidando a su mamá en el hospital entraron a robar en su casa. «Nos dejaron sin nada; se llevaron hasta la ropa de los niños y no tengo con qué vestirlos», contó.