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viernes, 29 marzo, 2024

AUDIO | En cajas de cartón y bolsas los trujillanos entierran a sus muertos

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Foto: Aylín Hidalgo

Valera.- Debido al alto costo de las urnas, algunos trujillanos han tenido que recurrir a cajas de regalos para enterrar a sus bebés; las familias, al no poder pagar el servicio funerario, han optado por velarlos en sus hogares.

El equipo reporteril de El Pitazo observó cómo tras la muerte de un neonato hospitalizado en la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital Central Universitario Pedro Emilio Carrillo, municipio Valera, la familia retiró el cuerpo en una caja de cartón pequeña, forrada en tela blanca con un borde rosado, porque era una niña.
De esta familia no se pudieron obtener declaraciones. Entre su dolor y la frustración del deceso, solo alcanzaron a decir que efectivamente allí se llevarían a su bebé para recibir el último adiós en la iglesia.
Sabrina Cordero sí declaró. Ella habita en la zona baja del estado Trujillo. Contó que perdió a su neonato de cinco meses luego de las fallas eléctricas registradas en el hospital de Valera. Comentó que estaba entubado y como el ventilador no encendió a tiempo, el bebé falleció por falta de oxígeno. «Allí piden mucho, y no tenía los recursos para comprar todas las medicinas», señaló.

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Cordero tampoco tiene cómo comprar una urna, por esto decidió con su familia fabricar entre ellos mismos un «cajoncito de madera y forrarlo con alguna tela» para el velorio.
Un tercer caso lo relata el párroco de la iglesia San José del municipio Valera, Juan Castellanos, quien cuenta que hace un par de semanas dio cristiana sepultura a un neonato, el cual fue enterrado en una caja de cartón. «Me dio tanta tristeza. Pintaron de blanco por dentro y afuera forraron con papel bond blanco», detalla.

Las bolsas de la morgue

Foto: Aylín Hidalgo

Pero estas son solo unas de las tantas historias trágicas que se observan en el hospital al momento de organizar el sepelio, pues en la morgue del municipio Valera el Servicio Nacional de Medicina y Ciencias Forenses (Senamecf) ya ha donado 30 bolsas de polietileno en lo que va del 2018.
«La trabajadora social realiza el estudio socioeconómico de la familia y allí se determina que no puede pagar servicios funerarios, entonces les damos nosotros la bolsa», declara el director del Senamecf en Valera, Enyelbert Castillo.
Aclara que no se trata de bolsas negras como las que se usan para recoger la basura, sino de bolsas elaboradas en polietileno, las cuales son resistentes, no dejan salir olores, vienen con cierres y unos agarraderos para el traslado del cuerpo.
Pero el Senamecf solo dona la bolsa a los más necesitados, a los que ellos califican como «pobres en solemnidad». Mientras que, en otros casos donde hay familias que tampoco pueden comprar la urna, les recomienda comprar la bolsa según las indicaciones de la morgue y que pueden llegar a costar hasta 2.000.000 de bolívares.
La condición para obtener la bolsa de manera gratuita es que la morgue traslade el cuerpo directo al cementerio, y no por vía de funerarias o particulares intermediarios que pueden cobrar hasta un millón por el servicio, aunque la distancia es muy corta.
«No vamos a donar la bolsa para que luego vayan a darles el dinero a la funeraria. Se tiene que acordar el servicio público y gratuito por completo con nosotros», indica el director del Senamefc.
Sin embargo, por ahora cuentan con solo una unidad para traslados, pues la otra la tienen en el estacionamiento paralizada por falta de cauchos.
Mientras tanto, aunque en la morgue hospitalaria aseguran que no se permite salida de cuerpos en vehículos particulares, durante la visita a la morgue el equipo de El Pitazo vio cómo se llevaban un cuerpo en un ataúd dentro de la batea de una camioneta.

Los cadáveres también tienen que esperar

Foto: Aylín Hidalgo

Desde la morgue de Valera relatan que en la zona baja de Trujillo, (zona rural), cuando hay decesos en las familias que no tienen recursos económicos, estas dejan los cuerpos en el hospital de Sabana de Mendoza José Vasallo Cortés y a los tres días, cuando ya en algunos casos suman hasta tres fallecidos, la unidad del Senamecf Valera los traslada hasta el Hospital Central para la debida autopsia y procedimiento de ley.
«La gente los deja allí porque no tienen cómo pagar. Se van a su casa en espera de que las alcaldías los ayuden. Y eso que cuando hay un muerto los de la funeraria son los primeros que llegan y piden dos y hasta tres millones de bolívares por el traslado a Valera. Pero no todos tienen para pagar esos montos», cuenta el director Castillo.

Altos precios en funerarias

En las funerarias los precios son muy altos, muy lejanos al salario mínimo del venezolano. En una visita a cinco de estas empresas ubicadas en el municipio Valera, se encontró que un ataúd cuesta 15 millones, el más económico, y hasta 250 millones uno con muchos detalles decorativos.
Los gerentes comentan que antes podían comprar las urnas en Barquisimeto, estado Lara, pero por los altos precios de traslados ahora prefieren contratar la mano de obra regional y trabajan con carpinteros propios que preparan todo el ataúd.
«Los que más buscan son los de lata. Quienes tienen seguro se llevan los mejorcitos, pero el seguro ahorita ronda entre 200 mil y 350 mil bolívares como cuota mensual y abarca a los miembros principales de la familia», indican.
En cuanto al servicio funerario tiene un precio entre 40 millones y 70 millones. Algunos incluyen la urna, y si es en las residencias de los familiares, el precio baja hasta unos 15 millones.

En bolsas de basura y con urnas alquiladas

Foto: Aylín Hidalgo

El párroco de la Iglesia San José del municipio Valera, Juan Castellanos, alarmado denuncia que las familias sí están enterrando los cadáveres en bolsas negras de basura, por las cuales afirma que cobran «hasta 80 mil bolívares».
«A lo que ha llegado en nuestra querida patria. Compran dos bolsas: una la colocan de los pies hacia arriba y la otra de la cabeza hacia abajo y allí embalan en cinta», declara como testigo de dos casos.
Dice estar seguro de que no son los únicos, pues cree que solo los más religiosos acuden a la iglesia sin importar en qué condiciones sea el entierro, en cambio otros dicen que pasan directo al cementerio: «Tal vez sea por vergüenza, dolor o pena. Tantas cosas…nos queda rogar y orar por un cambio de mentalidad», expone.
Asimismo, denuncia que ya hasta las funerarias «tienen un sistema de alquilar las urnas» que abarcan el tiempo del velorio, la misa y la sepultura. «Allí se vuelven a llevar la urna», acota.
El párroco hace un llamado a la reflexión de los actores políticos y sociales. Dice que es una petición especial por los tiempos de crisis que vive el país: «Existe una justicia divina. Vivamos santamente y pensemos en la resurrección, en el amor a Jesucristo, allí encontraremos el camino».

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