El ruido de un disparo paralizó a los pasajeros. A los segundos se escuchó una frase que para algunos era común; pero Julieta la oía por primera vez: “Bajen la cabeza, esto es un atraco”. “Fue como sentir un escalofrío que te sube por los pies y te inmoviliza”, recuerda.
Ocurrió el 8 de noviembre a las 7:30 a.m. en el interior de un transporte público que cubría la ruta Guatire (Miranda) – Caracas. La unidad salió desde el terminal de la población mirandina con destino a la capital. A la altura de El Cercado, en la autopista Gran Mariscal de Ayacucho, comenzó la pesadilla. Cinco de los viajeros eran delincuentes.
Dos de los atracadores estaban armados. Bajo amenaza de muerte despojaron a los pasajeros de sus pertenencias: relojes, teléfonos celulares y dinero en efectivo. Según reseña el Diario La Voz, uno de los ocupantes —un adulto mayor— estaba nervioso y casi sufre un ataque cardíaco.
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Julieta también estaba nerviosa. Recuerda que entregó su móvil, bajó la cabeza, cerró los ojos y comenzó a rezar. Nunca observó las características de los asaltantes.
Otro pasajero, cuyo testimonio publicó la periodista Jacqueline Tortolero en su cuenta en X, sí logró ver a uno de los pillos. Lo describió de estatura alta y piel morena. Portaba un revólver calibre .38.
De acuerdo con la versión de este viajero, dos de los antisociales se bajaron primero de la unidad de transporte y el resto lo hizo más adelante. Luego se montaron en un carro que venía detrás del autobús.
Los usuarios piden que se extremen las medidas de seguridad en el terminal de Guatire, sobre todo, en esta época cuando comienza la Navidad y se incrementan los delitos. Pese a que los pasajeros fueron revisados antes de abordar el autobús, los delincuentes no fueron descubiertos, destacaron.
De igual forma solicitan que mejore la vigilancia en las diferentes alcabalas. El autobús donde viajaban los atracadores pasó por tres puntos de control y ningún funcionario se percató del asalto.