El Tigre.- Minutos antes de que el cuerpo de su pareja fuese llevado al cementerio general de El Tigre para darle cristiana sepultura, Nidia López recordó la angustia que ha vivido desde el sábado 23 de febrero, cuando José Gregorio Barrios Carrasco fue asesinado de un disparo en el rostro.
Serena y con el certificado de defunción en la mano, la mujer aseguró que José Gregorio Barrios «iba a comprar algo para la moto. Él no estaba guarimbeando, sino que pasó frente al Comando de la Guardia Nacional, donde estaban las tanquetas. Cuando frenó, le dispararon unos guardias que estaban dentro del lugar, en Santa Elena de Uarién«, refirió.
López destacó que de esa manera se lo contó el joven que andaba con Barrios Carrasco, que logró correr y llegó hasta donde yo estaba. La mujer dijo que después de que su pareja recibió el tiro de «fusil», lo recogieron y lo metieron en el Comando junto con la moto Loncin negra. Luego, a las 10:30 pm del sábado, un carro blanco llevó el cádaver a la morgue. Según el certificado de defunción, Barrios Carrasco murió de una hemorragia cerebral causada por una herida ocasionada por un proyectil disparado por arma de fuego en el cráneo, región occipital derecho.
«Los guardias dijeron que le habían disparado porque había un toque de queda y no tenían que estar en la calle. En los alrededores del hotel donde estábamos hospedados hubo bombas lacrimógenas. Los guardias estaban recogidos en el Comando el día sábado”, recordó Nidia López.
Al consultarle si acudiría a algún organismo judicial a interponer alguna denuncia, dijo que no. «No quiero nada con la Fiscalía. Con este gobierno uno no puede estar hablando mucho«, dijo. La joven acotó que ninguna autoridad militar le dio la cara y que tampoco le devolvieron la moto, ya que los militares alegaron que Barrios Carrasco iba a atacar el Comando. La pareja de la víctima aseveró que su esposo y ella vendían café y que él se compró la moto para trabajar de mototaxista.
López acotó que para trasladar a su esposo hasta El Tigre tuvo que cancelar 3.000 reales, que equivalen a 700 dólares. Logró hacerlo con ayuda de varias personas en Santa Elena de Uairén. En San Félix, estado Bolívar, le tocó pagar 150.000 bolívares por la preparación del cuerpo.