A Ani Camacho, madre de Zabdiel, de 5 años, le informaron que su hijo le habían conseguido el trasplante de médula ósea. Sin embargo, la suspensión del convenio entre Venezuela e Italia el año pasado ha impedido que el niño salga del país para recibir la infusión de células madres
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El niño Zabdiel Amaya tiene un año sin ir a su casa ubicada en Higuerote, una localidad costera del estado Miranda. Sus padres debieron apartarse de allá cuando el pequeño sufrió una recaída por la leucemia que padece desde 2016, cuando tenía apenas tres años. Sin embargo, corrieron con suerte y ubicaron un apartamento cercano al hospital J.M. de los Ríos, principal pediátrico de país, donde Zabdiel ha recibido tratamiento y tiene su consulta. Allí solo pasan la noche. Los días de Zabdiel transcurren en el servicio de hematología del centro de salud donde hay otros 27 niños que sacan energías para no dejarse desvanecer por el cáncer, mientras esperan por el trasplante de una médula ósea para sanarse.
Ese trasplante no está en Venezuela, sino en Italia. Ani Camacho, la madre de Zabdiel, respira aliviada porque, en estos momentos, su hijo está bien, pues no tiene rastros de células malignas en su sangre. Está en remisión, como lo denominan los hematólogos. Ahora, no deja de pensar en el cáncer y su complejidad: Zabdiel tiene meses de haber salido airoso de una recaída por la enfermedad, la primera que experimentó, pero luego de superado ese episodio, Ani quiere que su hijo reciba la infusión de células madres.
Zabdiel no ha sido trasplantado porque el convenio que tiene Petróleos de Venezuela S.A.(PDVSA), principal empresa del país encargada de explotar y exportar hidrocarburos, está suspendido desde el año pasado porque la compañía no ha saldado una deuda con la Asociación para el Trasplante de Médula Ósea de Italia y los hospitales públicos de la nación europea. Ani agotó esa vía porque Zabdiel no tiene un donante de médula compatible y esa condición es la que debe cumplir para realizar la intervención en Venezuela. “No me dan respuesta por el viaje porque me dicen que están bloqueados”.
El gobernante Nicolás Maduro ha señalado que las sanciones financieras aprobadas por el presidente de Estados Unidos Donald Trump contra PDVSA, han impedido que se atiendan estos casos de salud.
Para Ani, eso es una excusa del Estado. Igual apela al sentido común: el cáncer no sabe de conflictos políticos. Y ella lo que quiere es que su hijo se sane y tenga garantía para prolongar su vida.
En el hospital tampoco contaban con antibióticos de primera línea para aplicarle luego de las quimioterapias
Ani Camacho, madre de Zabdiel
La espera del trasplante ha significado muchos sacrificios. Ani dejó de trabajar para atender a Zabdiel, junto con su esposo que aún conserva su empleo en Higuerote. Con la ayuda de amigos y donaciones, pudieron comprar las quimioterapias para el tratamiento del niño, esas que el hospital J.M. de los Ríos no tenía debido a la profunda escasez de medicinas que se ha agudizado en Venezuela desde hace cuatro años. “En el hospital tampoco contaban con antibióticos de primera línea para aplicarle luego de las quimioterapias”