Caracas.- El aumento sostenido de casos de malaria en Venezuela despertó la alerta mundial. El pasado 16 de enero, el Fondo mundial para la lucha contra el VIH/Sida, la Tuberculosis y la Malaria (FMSida) informó al Ministerio de Salud que asignará 19.8 millones de dólares para enfrentar la crisis de malaria.
El monto equivale a 61% de los fondos que Venezuela requerirá, según el Plan Maestro, para implementar la respuesta al también llamado paludismo hasta 2021.
Los recursos se transferirán en materiales e insumos en un plazo de tres años. El objetivo es mitigar el avance de la epidemia por la que atraviesa el país desde hace más de cuatro años.
En 2019 el programa, que rige las políticas públicas de control del Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH); tuberculosis y malaria, calculó que el sistema de salud pública venezolano necesitaba una inversión mínima de 32.3 millones de dólares.
Excepción
El financiamiento del FMSida se obtuvo por una excepción, luego del análisis de las condiciones de la red asistencial venezolana. La institución determinó la incapacidad del Estado para atenuar la epidemia y sus efectos en la región, basados en el significativo aumento de casos reportados.
Para esto, especialistas del Banco Mundial consideraron la información enviada por el gobierno a la Organización Panamericana de la Salud (OPS). Esta estadística, correspondiente a los boletines epidemiológicos que no se publican desde 2012, es cedida por el Ministerio de Salud para obtener cooperación técnica.
«La excepción se debe al aumento significativo de los casos de malaria en el país; la posibilidad que este brote deteriore aún más la situación sanitaria, con un incremento significativo de casos en 2019. El impacto que está teniendo en la subregión y la falta de capacidad nacional para responder a este brote», expuso el Consejo Internacional de Organizaciones con Servicio en Sida (Icaso, por sus siglas en inglés).
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Alza descontrolada
El exministro de Salud, José Félix Oletta, destacó que con esta financiación es la primera vez el FMSida destina recursos diferenciados para Venezuela. Históricamente el país recibía apoyo técnico, asesoría, insumos y un financiamiento limitado, equivalente al 15%, orientado sobre todo a la investigación.
«Esta es la primera vez en la historia que a Venezuela se le asignan recursos del Fondo Mundial de forma directa. Esto delata una realidad inocultable que es motivo de alarma en la región. Esta es una crisis continuada y descontrolada que el régimen no está en capacidad de contener», explicó.
A juicio de Oletta, la alta tasa de la transferencia en suministros, corrobora la baja inversión del gobierno venezolano para la vigilancia y control del paludismo.
«Venezuela está invirtiendo menos de 0,7 dólares por año por cada persona en riesgo de padecer malaria, cuando los países que tienen una alta carga de malaria invierten invierten entre 7 y 10 dólares per cápita por año. Y así no se controlar una enfermedad tan complicada como puede ser el caso de la malaria», reiteró el exministro.
Plaga
La suma triplicará en el corto plazo lo disponible para atender y reducir la incidencia de la enfermedad. No obstante, el caso anticipa un déficit de más de 12.5 millones de dólares para 2021.
La decisión del FMSida confirma la alerta que a principios de enero emitió Médicos Sin Fronteras sobre el impacto de la malaria en sectores con dificultades en el acceso a servicios de salud.
Entonces, la ONG advirtió que en zonas mineras el paludismo tenía la categoría de plaga por el nivel de transmisión en la población y la escasez de medicinas.
Con esta advertencia la asociación civil internacional señaló que la malaria debía considerarse uno de los principales problemas de salud pública del país, por sus repercusiones para el desarrollo de comunidades enteras.
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