Caracas.– Sin avisar, casi clandestinamente, una comisión de funcionarios del Ministerio de Salud inspeccionó el miércoles 12 las instalaciones del hospital Dr. Leopoldo Manrique Terrero, localizado en la avenida Intercomunal de El Valle, al lado del Mercado Mayor de Coche, en el suroeste de Caracas.
La visita oficial concluyó sin ningún parte sobre el avance o finalización de las obras de remodelación iniciadas a comienzos de marzo pasado. Algunas fueron paralizadas desde mediados de abril, y según promesa del director general del referido centro asistencial, Miguel Rangel, debieron ser entregadas el viernes 6 de junio. El incumplimiento motivó este jueves 13 una nueva protesta de empleados y trabajadores del centro asistencial.
LEE TAMBIÉN:
El pronto reinicio de actividades del Periférico de Coche, como también es conocido, centró las exigencias de los manifestantes, quienes estuvieron acompañados por representantes de la Federación de Trabajadores de la Salud (Fetrasalud), habitantes de la zona y el diputado a la Asamblea Nacional Leonardo Regnault.
“Es un delito mantener cerrado un hospital por tanto tiempo, sin respuesta. De 90 días que han pedido para terminar las obras, llevan 120. Después de siete meses vienen a supervisar la obra”, reprochó el secretario general de la Fetrasalud, Pablo Zambrano, respecto del cierre técnico en el que se declaró al establecimiento desde el 7 noviembre pasado, luego de una explosión en el sistema eléctrico ubicado en el sótano de ese centro asistencial.
Zambrano denunció que la suspensión de actividades estuvo precedida por fallas en la transferencia de recursos para su operatividad: “El ministro no manda dinero desde el mes de septiembre a ningún hospital de Caracas”.
El sindicalista hizo énfasis en la pérdida que representa para la población del suroeste de Caracas, Altos Mirandinos y Valles del Tuy, principales sectores que se beneficiaban de sus servicios. “Exigimos la pronta reapertura de este hospital tan importante para esta zona de Caracas. Mientras un paciente espera que lo trasladen al Clínico, se muere”, expuso.
El diputado Leonardo Regnault reiteró el seguimiento que el Parlamento mantiene sobre la abrupta y sostenida clausura: “Cada centro de salud que permanece cerrado, así sea un día, solo contribuye a agudizar la crisis hospitalaria. Estamos ante una omisión grave porque este hospital era referencia nacional en toxicología y traumatología”.
Improvisación
Zuleika Pérez, dirigente sindical del hospital de Coche, alertó sobre la presunta improvisación con la que se han ejecutado las trabajos, que incluyen espacios no afectados por la explosión, como la sala de emergencia y los pisos 2, 3, 4 y 5, áreas que habían sido rehabilitadas entre 2013 y 2014 y tras lo cual el gobernante Nicolás Maduro declaró que la institución sería “una tacita de plata”.
“Para nosotros esto fue improvisado, y ahora miren las consecuencias: desde noviembre el hospital está bajo escombros. Han desmantelado todo. Se llevaron los enceres, el mobiliario; no sabemos a dónde ni con qué fin. No hay ni una cama de las que se trajeron en el 2014. Nadie rinde cuentas”, manifestó.
Destino incierto
Daniel Montiel, trabajador del Periférico de Coche desde hace más de 20 años, ratificó y lamentó la extensión del cierre: “Aquí se atendían las patologías más graves. La interrupción de las actividades desde noviembre obligó a la clausura de los servicios de medicina general, atención de emergencias y las intervenciones quirúrgicas. También teníamos el más grande servicio de toxicología de la región capital. Ahora todo está cerrado”.
Montiel criticó la forma como se han realizado los trabajos, que solo garantizan una inoperatividad más prolongada, como la del departamento Farmacia, que acumula más de siete años en rehabilitación. Desde la segunda quincena de abril parte de las labores de restauración están suspendidas debido a que dos de las tres empresas contratadas para la rehabilitación interrumpieron sus actividades por falta de pagos.
“Creemos que esto se pudo haber hecho por etapas, como en otras ocasiones. No es posible que este hospital esté en estas condiciones. Este era un lugar que, con sus fallas, funcionaba. Nunca había estado tanto tiempo cerrado, y lo peor es que no se sabe cuál será su destino», aseveró.
Algunos residentes de la parroquia Coche también exigieron la reapertura del establecimiento, único en sus dimensiones en el lugar. «En esta zona lo que nos queda es un CDI, pero no están preparados para atender tanta cantidad de población ni todas las enfermedades que recibían en el Periférico”, afirmó Ana Delgado, habitante de residencias Venezuela, conjunto habitacional aledaño a la icónica instalación hospitalaria.