Caracas.- El dilema de exponer a pacientes y personal a su cargo le costó el puesto al jefe del servicio de Cardiología del Hospital Dr. Miguel Pérez Carreño. La salida del cardiólogo Juan Pérez Terán se produjo luego de que negara una autorización para que parte de los médicos de su área suplieran la falta de personal en la zona destinada para el aislamiento de casos de coronavirus en la referida institución, durante uno de los turnos del domingo 28 de junio.
Con esta decisión, el médico rechazó una petición expresa de Daniels Domínguez, director del Pérez Carreño. Pérez Terán, quien por 10 meses dirigió el departamento en el que se especializó, adujo la falta de equipos especial de protección para el COVID-19 como motivación para negar la colaboración. En los meses previos y con el aumento de casos de la enfermedad viral, el cardiólogo insistió en la necesidad de una dotación fluida y suficiente de mascarillas, guantes y batas descartables.
La solicitud no fue atendida. Desde entonces, los trabajadores de Cardiología, muchos en contacto directo con pacientes sospechosos y confirmados de COVID-19, trabajaron con insumos propios o reutilizaban los disponibles. Por lo que durante la guardia del último domingo de junio, Pérez Terán apoyó a sus compañeros, cuando a manera de protesta se rehusaron a trabajar en el área de aislamiento de infectados con coronavirus.
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Luto activo
El hecho se usó como argumento para justificar su despido en una carta que Domínguez remitió a la subdirección de Recursos Humanos. No obstante, desde el impasse, Pérez Terán había puesto su cargo a la orden, confirmó a El Pitazo una fuente ligada a la asociación civil Médicos Unidos de Venezuela. La ONG se hizo eco de la renuncia, luego de que se filtrara una fotografía del memorándum de despido.
Para la ONG, la decisión del cardiólogo fue una medida extrema y controversial, pero alegaron que es la única opción para evitar un contagio que también pone en riesgo al resto de los pacientes. La falta de barreras de protección en la red ambulatoria y hospitalaria es una de las causas por las que alrededor de 150 trabajadores de la salud han resultado contagiados de coronavirus en los primeros cuatro meses de la pandemia.
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En el recuento de Médicos Unidos de Venezuela, hasta el pasado 13 de julio, 20 de los 93 fallecidos por causas atribuibles al COVID-19 eran personal de salud. De este número, 14 eran médicos. Es decir, 70 % de las muertes en el personal de salud, relacionadas con el virus pandémico, eran especialistas que adquirieron la enfermedad mientras desempeñaban sus funciones en la atención de pacientes. Ante esto, la ONG respalda toda decisión que empleados del sistema de salud adopten en resguardo de su salud.
La salida de Pérez Terán, quien por 14 años laboró en el Pérez Carreño, avivó el debate sobre la desprotección que enfermeros y médicos han señalado desde antes de la llegada de la pandemia. Esta renuncia también limita la capacidad de atención en un centro de salud que presenta deficiencias de personal especializado desde hace cuatro años.