Caracas.- Las madres de los pacientes del servicio de Nefrología del J.M. de los Ríos denunciaron este miércoles, en las afueras del centro pediátrico, que la falta de mantenimiento preventivo correctivo de la planta de ósmosis y desinfección de los tanques del hospital han influido en que los niños contraigan infecciones. El contagio con bacterias produce que los catéteres se contaminen.
Winkler López, de 17 años, es hijo de Reyna Ángulo. Solo en un año se le han contaminado tres catéteres. Reyna denunció que desde el mes de agosto del año pasado el hospital no ha emprendido labores de mantenimiento a los almacenes de agua, ni a la planta de ósmosis, encargada de filtrar el líquido para realizar el proceso de purificación de la sangre. «Mi hijo contrajo una infección en la piel y, en este momento, no hay el insumo para tomar la muestra bacteriológica y hacer el examen», señaló Ángulo.
Contaminación e inflación
Cuando los catéteres de los niños se contaminan, los padres de los niños deben comprarlos nuevamente a precios altos, incluso hasta se les ofrecen en dólares. Las mamás, en ocasiones, son apoyadas por organizaciones que les donan el insumo que el Ministerio de Salud no entrega al hospital pediátrico. Sin embargo, las mamás también denunciaron que la dirección ha impuesto trabas burocráticas para que esas donaciones ingresen al centro de salud.
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En el Servicio de Nefrología, actualmente, hay 9 pacientes hospitalizados. Uno de ellos es Winder Rangel, de 8 años, quien este martes sufrió un paro cardíaco mientras era operado en el quirófano. Tuvo que ser ingresado a la sala de emergencia porque se le contaminó el catéter con dos bacterias (estafilococo y enterobacter), por ello el tubo de hemodiálisis no funcionó. Ese aparato solo tenía 15 días de habérsele colocado. Luego de estabilizarse, le colocaron un nuevo catéter en la pierna; pero a su madre, Endice Arellano, la embarga la preocupación de que su hijo se complique con una infección.
Arellano asegura que no hay dotación de antibióticos de amplio espectro para atender a los pacientes contaminados en el hospital. «Mi hijo no sale de una bacteria y eso nos mantiene aquí en el hospital todo el tiempo», contó la madre del niño con enfermedad renal crónica, quien, además, espera por un trasplante de riñón desde 2016, cuando comenzó sus terapias de hemodiálisis. La operación no ha sido posible porque el Programa Nacional de Procura y Trasplante de Órganos del Ministerio de Salud tiene un año suspendido por fallas en la dotación de inmunosupresores.
Las fallas en el servicio de Nefrología continúan a pesar de las medidas cautelares de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la Organización de Estados Americanos (Cidh), otorgada el 21 de febrero de 2018. Desde la aprobación de las medidas, en el servicio han fallecido al menos ochos niños en los últimos meses, según contabilizó la ONG Prepara Familia.