Cerrados por falta de personal o insumos, esa es la advertencia que muestran muchos de los consultorios de Barrio Adentro ubicados en barriadas de Caracas y del interior del país. Aunque muchos estaban fuera de servicio antes de la pandemia, usuarios de esta misión del Ejecutivo Nacional refieren que el cierre de los espacios se ha concretado con la llegada del COVID-19 a Venezuela.
Tras casi seis meses de cuarentena, en los barrios las personas que padecen enfermedades crónicas o sienten algún malestar que los obligue a buscar un especialista, se quejan de que no son atendidos en los hospitales públicos, pues estos reservan sus salas para pacientes con el nuevo coronavirus. Pero, ahora tampoco cuentan con los consultorios populares de la misión Barrio Adentro, que desde 2003 se instalaron en barriadas de todo el país para acercar la medicina a los más vulnerables.
Enrique Cisneros, vecino de José Félix Ribas (Petare) reportó que solo en su comunidad, el sector La Montañita, los tres consultorios populares y el odontológico que existen cerraron definitivamente desde el mes de enero y hasta el momento solo sirven de residencia para algunos médicos cubanos que entran y salen del barrio.
“Los consultorios están devastados, vacíos y hasta con importantes problemas de filtraciones y aguas servidas, como se fueron deteriorando fueron cerrando sin explicación. Ahora los vecinos de esta zona tenemos que ir al CDI (Centro Diagnóstico Integral) de Palo Verde, donde tampoco nos atienden porque hay covid”, explicó Cisneros.
Amanda Sánchez (nombre cambiado a petición de la fuente), es enfermera de un octágono ubicado en Pérez Bonalde, en Caracas, y asegura que la falta de insumos es la principal causa del cierre de estos espacios. Refiere que cuando dejaron de llegar las medicinas provenientes de Cuba, los módulos de Barrio Adentro perdieron su aporte principal en las comunidades: dotar a los pobres de sus tratamientos.
“En muchos espacios también nos quedamos sin médicos, entonces era solo la enfermera para tomar la tensión. Algunos lugares cerraron por el desuso y la falta de mantenimiento. Ahora muy pocos ambulatorios populares se mantienen abiertos«, comentó.
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No hay quien atienda
Una encuesta hecha a los infociudadanos de El Pitazo en todo el país reveló que muchos de estos consultorios populares son usados ahora para el despistaje y atención de pacientes con COVID-19, dejando a un lado a los ciudadanos que acudían normalmente a estos espacios para recibir atención primaria o por alguna emergencia.
“En El Calvario, de El Hatillo, el Barrio Adentro ahora es el que funciona para personas con covid. La gente que tiene pacientes allí ha podido al menos ir y llevarles donativos de comida”, explicó la señora Sonia Linares.
Los vecinos de Chuao refieren que en el Centro Diagnóstico Integral (CDI), uno de los más grandes de Caracas, hace más de dos años que no recibe pacientes a su máxima capacidad. Así lo explicó la infociudadana Angela Guerra.
El reporte es similar en zonas de Puerto Cabello (Carabobo), Porlamar (Nueva Esparta) o Barcelona (Anzoátegui), donde los residentes aseguran que la atención en salud dentro de las zonas populares es complicada para quienes tienen bajos recursos.
“En la urbanización La Arboleda, de Porlamar, hay una casa que llaman Base de Misiones y una compañera fue por un dolor de costado y el médico cubano le dijo que él no tenía nada para atenderla. Allí solo pesan y toman la tensión una vez a la semana. Recetan a la gente según lo que manifiestan o lo que les duele y los mandan al hospital donde dicen que solo atienden emergencias extremas”, aseveró Giovanna Toranni desde Margarita.
La infociudadana aseveró que, si no se cuenta con un contacto en los centros asistenciales, quienes no tienen recursos tienen menos oportunidades de ser atendidos.
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