Caracas.- El control de la malaria en Venezuela se mantiene en niveles bajos, pese al ligero avance que representó la disminución de 1,5 % de los casos en lo que va de 2019, respecto del año pasado. En total, el gobierno reportó a la Organización Panamericana de la Salud que, entre enero y octubre pasados, 323.392 contrajeron el padecimiento, transmitido por la picadura del mosquito Anopheles.
En la más reciente actualización epidemiológica en la que se recaban datos sobre la incidencia de la enfermedad, también conocida como paludismo, en el continente, se constató la reducción, respecto del total de 328.373 registrados en 2018. Estos datos confirman el control irregular de la propagación de la enfermedad. Mientras que, según el despacho, en los estados Bolívar y Amazonas, hubo una reducción de 2,5% y de 24%, respectivamente, en Mérida, por ejemplo, el alza alcanzó 89,7% en comparación con 2018.
Este comportamiento, además incluye el aumento de 55% en la transmisión de malaria en mujeres embarazadas en todos los estados del país. Aunque no se precisan cifras sobre la distribución de los casos por entidad, ni acerca de eventuales fallecimientos o complicaciones.
El índice de muertes, por causas relacionadas el paludismo, también presenta una significativa disminución, pues pasó de 229 defunciones en 2018 a 100 fallecimientos notificados hasta el pasado 13 de octubre. Esta variación equivale a 55,7% de reducción de la letalidad en los últimos doce meses.
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Prevención y retroceso
El paludismo es una afección parasitaria prevenible y curable. La principal forma de prevención es el control vectorial. Las dos intervenciones principales son mediante la utilización de mosquiteros tratados con insecticidas de acción prolongada, que es considerado el método que posee una mejor relación costo-beneficio para el Estado. La otra modalidad consiste en la fumigación de interiores con insecticidas de acción residual, en los sitios en los que se tenga sospecha de incidencia o donde residan pacientes.
En el año 1961, la Organización Mundial de la Salud certificó a Venezuela como el primer país en eliminar la malaria en el continente, incluso antes que Estados Unidos. Para este logro el Estado reforzó la vigilancia y el control epidemiológico del paludismo, un procedimiento que fue exportado. Desde 2018, el país es una de las cuatro naciones del mundo con mayor número de casos, los otros tres están ubicados en África.