Caracas.- El doctor Pedro Delgado Machado, médico psiquiatra con 50 años de trayectoria, considera que en materia de salud mental existe una ecuación sin resolver: ha crecido la demanda y ha disminuido la oferta -servicios de atención pública y privada-, por lo tanto, los pacientes psiquiátricos o personas con trastornos psicológicos tienen pocas posibilidades de recibir atención médica en Venezuela.
En rueda de prensa realizada en la sede de Humana, institución privada que dirige, el especialista explicó, por ejemplo, que la capacidad instalada de camas en hospitales públicos para pacientes psiquiátricos es apenas de 50 % a nivel nacional.
“En estos lugares a veces hay camas, pero no tienen colchón, el servicio eléctrico falla como en todo el país y solo 36 % cuenta con agua potable y de manera intermitente. Se pueden imaginar lo que sucedió recientemente en la Isla de Margarita cuando se quedaron varios días sin luz”, indicó el especialista.
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Al explicar la situación que presentan los servicios de psiquiatría de los hospitales públicos generales en Caracas relató: “El servicio de hospitalización de psiquiatría en el Clínico Universitario, aunque han realizado algunas remodelaciones, está cerrado porque no tiene baños, la infraestructura del Hospital Psiquiátrico de Caracas está en recuperación y el del hospital El Peñón está técnicamente cerrado y, después de varios años, están intentando reactivarlo”.
Agregó que los servicios de psiquiatría del Instituto Venezolano de los Seguros Sociales (IVSS) también están inactivos y la red de centros de atención que prestaba la Fundación José Félix Ribas, para personas con adicciones, también desapareció.
Falta de medicinas
Delgado Machado indicó que a toda esta situación de infraestructura y capacidad instalada se le suma la falta de medicinas para pacientes psiquiátricos y con trastornos psicológicos.
En este sentido, precisó que la escasez de ansiolíticos (benzodiacepinas) alcanza 80 %, solo hay disponibilidad de un 10 % de medicamentos antipsicóticos (para tratar los síntomas de enfermedades mentales graves) y los hipnóticos (sedantes para dormir) ya no existen.
El otro aspecto que imposibilita recibir atención psiquiátrica en los centros públicos, según Delgado Machado, es “el lapso de espera” para que se concrete la consulta, que son de hasta 4 o 6 meses en el mejor de los casos.
Al ser consultado sobre la situación en los centros privados de atención psiquiátrica o psicológica, el médico dijo que dentro de este ámbito juegan en contra dos aspectos fundamentales: la migración de profesionales -de 1.600 psiquiatras, en la actualidad no llegan a 600- y el costo de los servicios.
Sin cifras oficiales
Delgado Machado lamenta que en Venezuela no existan cifras oficiales en torno a las enfermedades mentales que afectan a la población, lo que impide, entre otras cosas, diseñar políticas públicas efectivas que aborden la situación.
En medio de esta realidad, afirmó que el daño mental de los venezolanos ha sido progresivo. “Debemos recordar que el COVID-19, durante los años 2020-2021, dejó secuelas psicosomáticas que incrementaron en 35 % la demanda de salud mental. A eso debemos sumarle la situación social, económica y política del país”.
En opinión del profesional, para enfrentar esta situación se debe recuperar la planta de servicios, mejorar la infraestructura, la dotación y la alimentación en los centros públicos de salud mental.
“También se debe estimular la creación de servicios privados dando garantías e incentivos. Hay que buscar que los profesionales no emigren, mejorar sus condiciones de vida, darle un salario justo y libertad en su ejercicio profesional”, consideró.