Barquisimeto.- Jorge Mavare, vocero de las 48 personas que están hospitalizadas en el área de traumatología del Hospital Central Universitario Antonio María Pineda, de Barquisimeto, expresó que se han sentido burlados por las autoridades sanitarias, porque tienen hasta ocho meses a la espera de las cirugías que ameritan.
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Mavare explicó vía telefónica a El Pitazo, que cuando comenzó la pandemia por COVID-19, enviaron a casa varios pacientes que esperaban por cirugías en traumatología, con la promesa de que les llamarían cuando pudieran hacerles la intervención quirúrgica, sin embargo, no han recibido ninguna llamada.
Quienes tuvieron que quedar hospitalizados por la gravedad de sus casos, incluso desde antes que comenzara la cuarentena, han esperado hasta ocho meses sin obtener respuestas por parte de la directiva del hospital central ni por las autoridades regionales de salud.
Familiares y pacientes mostraron la carta que dirigieron al jefe del servicio, Antonio Vargas, el 22 de septiembre, solicitando, una vez más, la celeridad de las operaciones.
“Entre las respuestas que recibimos es que no hay médicos, porque varios están contagiados de coronavirus, pero tienen que resolver, aquí hay personas en edades productivas que no pueden moverse por la cirugía, la mayoría tiene lo que les mandaron a comprar: clavos, platinas…”, explicó Mavare.
Desde la Gobernación de Lara, anunciaron la suspensión de operaciones electivas, sin embargo, estos pacientes estaban hospitalizados desde antes del anuncio.
“Ahora que no hay electivas, pero es que nuestras operaciones eran de emergencia, lo que pasa es que fueron dándoles largas y largas. Ahora estamos aquí, sin poder movernos y con el peligro de contagio de COVID”, expresó otro de los pacientes que no quiso identificarse por temor a represalias.
Explicaron que hay pacientes de todas las edades: menores, adultos y adultos mayores. Todos de escasos recursos, sin posibilidad de acudir a una clínica privada para la resolución quirúrgica de sus casos.
“Estamos cansados de escuchar mentiras, no estamos acusando a ningún médico en específico, sino a un sistema de salud colapsado”, expresaron.
Botes de agua blanca
Otra denuncia que hicieron llegar a El Pitazo familiares de los pacientes del Antonio María Pineda, son los botes de aguas blancas que no han sido reparados y que están dentro de los pisos del principal centro de salud del estado Lara.
Mencionaron que no hay servicio de camareras y en la mayoría de las áreas, tampoco hay enfermeras. Los mismos familiares deben llevar los implementos de limpieza para asear baños, pisos y camas.
La comida que reciben es poca, casi siempre granos, en especial frijoles chinos.
“Este era un centro de referencia, es un hospital universitario, donde enseñan a otras personas, debería dar la talla… Aquí hay pacientes de Portuguesa y Yaracuy, además de los de Lara. Necesitamos que la gobernadora nos ayude”, expresaron los familiares de los pacientes.