Caracas.- En el primer semestre de 2019 la epidemia de malaria en Venezuela ya acumula la mitad del total de casos registrados en 2018. De acuerdo con un informe recientemente divulgado por la ONG Consejo Internacional de Organizaciones con Servicio en Sida (Icaso, por sus siglas en inglés), este ritmo de contagio mantiene la tasa de 1.260% que se observó entre los años 2000 y 2018, con el acelerado incremento que inició en 2015, cuando el registro pasó de poco más de 100.000 a casi 300.000 casos acumulados.
“En 2017, Venezuela representó 84% del aumento de casos en la región de las Américas, con más de 411.000 casos confirmados reportados, incluidas 310 muertes. En 2018, hubo 404.492 casos confirmados y 257 muertes. Entre el 1 de enero y el 22 de junio de 2019, se reportaron 208.027 casos en 21 estados”, reseñó el informe, que contó con la asesoría técnica de la asociación civil estadounidense Global Development One.
Estos datos demuestran que la morbilidad y mortalidad de la enfermedad siguen en aumento, como se alertó en el documento, que fue elaborado en conjunto por Leopoldo Villegas, médico y experto en malariología, y Mary Ann Torres, abogada y directora ejecutiva de Icaso, que es una ONG de origen canadiense orientada a la difusión de políticas globales sobre el VIH y males asociados.
El estudio, basado en información obtenida del Informe Mundial de Malaria de la Organización Mundial de la Salud, trabajo de campo de varias ONG, Centro Nacional de Enlace y el Ministerio de Salud, revela que la epidemia está presente en 21 estados, tras el repunte de 2015. Esto ubica a Venezuela como el país con el mayor número de casos de todo el continente y una de las cuatro naciones del planeta declarada en emergencia por malaria.
Ausencia de seguimiento oficial
La falta de acceso a información del Ministerio de Salud ha marcado la evolución de la epidemia en los últimos cuatro años, así como la ausencia de una política sistemática de control y prevención, agravada por la generalizada escasez de medicinas, ambos factores han incidido en el alza de la transmisión.
“Hay desabastecimientos comunes de medicamentos antipalúdicos y suministros de diagnóstico; falta de inversión, logística limitada, reducción del acceso a servicios de salud en áreas endémicas, priorización inadecuada de intervenciones, migración interna y expansión de actividades mineras ilegales en los estados del sur”, puntualizó.
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Con la propagación del contagio, que solo excluye a Caracas y Lara, se ha evidenciado un fallo en la política preventiva. La enfermedad, que es causada por una especie de mosquito; el anopheles, infectado con el parásito; entre otros el plasmodium vivax, ni siquiera ha disminuido en los estados donde hay transmisión activa histórica, debido a la distribución geográfica de los vectores.
En esas regiones residen comunidades rurales e indígenas, las más afectadas, como fue reportado consecutivamente desde el inicio del auge del ciclo de transmisión, en los estados Bolívar, Sucre, Amazonas y la zona este del estado Apure, en los informes anuales de la Organización Panamericana de la Salud (OPS).
Incluida en la ayuda humanitaria
La malaria es una enfermedad común en países tropicales y subtropicales, debido a que el mosquito solo puede reproducirse en ese tipo de climas. Sus síntomas van desde fiebre, escalofríos, dolor de cabeza, náuseas, vómitos, hasta dolor y fatiga musculares. En algunos casos los afectados también pueden presentar sudoración excesiva, dolores abdominal o en el pecho.
Para la malaria no existe vacuna, esto implica que la prevención esté enfocada en el control vectorial, que consiste en rociamientos dentro de los hogares y dotación de mosquiteros impregnados con insecticidas, como lo dispone el protocolo de Manejo ambiental para el control de vectores de la OPS.
Los mosquiteros antimalaricos fueron incluidos en al menos dos de los cuatro cargamentos de ayuda humanitaria, gestionados por la Cruz Roja venezolana, que ingresaron al país el 9 de agosto. En esa ocasión, Luis Farías, director de comunicaciones de la Cruz Roja venezolana, señaló que hasta esa fecha se habían repartido 2.000 mosquiteros antimalaricos en dos centros de malaria.