Caracas.- Una nueva actualización de la guía de abordaje del COVID-19 de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC) despeja más dudas acerca de los factores que lo hacen mortal. En el estudio se comprobó que la edad no influye en el agravamiento de la infección. Hasta esta actualización se tenían informes de que el coronavirus era potencialmente más dañino en adultos mayores.
Con el estudio de casos en Italia y España se estableció un límite a partir de los 65 años en los que la infección tendía a agravarse. Para los CDC esta clasificación no corresponde al comportamiento real del virus, que mostró ser grave en pacientes de todas las edades. Robert Redfield, director de los CDC, enfatizó que al revisar las estadísticas de pacientes en tratamiento, recluidos con las fases más severas de COVID-19 se encontró que la mayoría está en el rango de edad de 20 a 39 años.
Esta tendencia se reforzó desde la confirmación de los primeros casos en ese país y se mantiene. Con el avance de la pandemia, se ha visto un aumento de casos en jóvenes. Ni siquiera las estrictas normas de aislamiento, identificación de casos y aislamiento revirtieron este patrón que no es exclusivo de Estados Unidos.
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“Incluso los estados con una guía de distanciamiento físico y social más fuerte han visto un aumento en los casos de adultos jóvenes. Por ejemplo, las personas menores de 35 años ahora comprenden más del 44% de los casos nuevos en California. En todo el país, los CDC informan que las personas de 18 a 29 años ahora tienen el segundo mayor número de casos, solo después de las de 50 a 64 años”, destacó la revista especializada Medscape en su portal web.
Obesidad letal
En el informe se también se descarta que la obesidad esté relacionada con un mayor riesgo como condición previa al contagio. Este trastorno, derivado de la mala alimentación, es incluso más dañino que la hipertensión, de acuerdo con el análisis de un grupo de pacientes. Otras precondiciones que propician la aparición de complicaciones son la diabetes tipo 2 y el embarazo.
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Los padecimientos cardíacos, distintos de la hipertensión, también son enfermedades que se observaron en los casos más graves de COVID-19. La investigación indagó la evolución del virus en personas con coronavirus a los que les midió peso y talla. Con esos datos se usó el índice de masa corporal para determinar la recurrencia de patrones negativos y agravantes de la enfermedad por SARS-COV-2.
“Según los CDC, la conexión entre la obesidad y los resultados más graves de COVID-19 es más pronunciada entre las personas con un índice de masa corporal (IMC) superior a 40, aunque un IMC superior a 30 también aumenta el riesgo. Además, los CDC ampliaron la lista de afecciones subyacentes asociadas con resultados COVID-19 más graves. Estos incluyen afecciones cardíacas, enfermedad de células falciformes, diabetes tipo 2 y embarazo”, reseñó el informe.
Respecto a la propensión de riesgos en mujeres embarazadas, los CDC puntualizaron que este grupo tiene cinco veces más probabilidades de ser hospitalizadas. El peligro disminuye a 1,5 y 1,7 veces más probabilidades de ingresarse en unidades de cuidados intensivos o de requerir ventilación mecánica, respectivamente. Ambos comparativos son respecto del resto de la población. Esta proporción afecta menos a las mujeres blancas, pues en el caso de las embarazadas negras hispanas y no hispanas se vieron la afección es mayor.