Maracaibo. Yomar Briceño, de 37 años, murió de tuberculosis el lunes a las 4.30 de la tarde y aún no es sepultado. Su familia no tiene los recursos para enterrarlo ni para pagar un servicio funerario.
El cuerpo de Briceño comenzó a descomponerse. El olor putrefacto ya se siente en la pequeña casa de la familia ubicada en el sector Valle Frío, en el este de Maracaibo.
A la familia del difunto le ofrecieron un servicio funerario en 540 mil bolívares soberanos. No los tienen y sus vecinos tampoco, por lo que optaron por armar un ataúd con tablas de madera de varios escaparates viejos para introducir el cadáver que reposaba en una cama individual.
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Lograron ayuda
Los vecinos junto a los familiares llevaron el cajón de madera con el cuerpo, a la 1 de la tarde, y lo colocaron encima de un escritorio de la recepción de la Torre Empresarial Claret, ubicada en la calle 5 de Julio y
y donde funcionan oficinas de Petróleos de Venezuela, para llamar la atención y exigir una ayuda.
Cuarenta minutos después de que los restos del difunto fueron colocados en el escritorio de la recepción del edificio, funcionarios de la Alcaldía de Maracaibo llegaron para atender la situación.
Un carro de la funeraria San José llegó con una urna nueva para llevarse el cadáver, que sería trasladado al nuevo ataúd y luego enterrado en la tarde de este mismo miércoles en el cementerio San Sebastián, al oeste de Maracaibo.
“Ellos tenían todo, pero no supieron hacer las diligencias. No tenían pasajes para ir hasta el cementerio a hacer las diligencias, entonces ellos trataron de hacer presión por esa medida”, dijo Karina Rincón, miembro del Consejo Comunal de la zona.
Penélope Briceño, hermana del difunto, dijo que solicitaron la ayuda a la Gobernación de Zulia, a la Alcaldía de Maracaibo y al Consejo Comunal de la zona pero no obtuvieron respuesta.
Magalys Briceño, madre del difunto, explicó que su hijo se complicó con neumonía y que tenía un mes sin comer sólidos. Denunció que el viernes y sábado recorrieron varios hospitales, entre ellos el Hospital Universitario de Maracaibo, el Hospital General del Sur y el Hospital Coromoto, pero en ninguno lo aceptaron.