Caracas.– Diariamente, en las rutinas, obligaciones y relaciones que mantienes con los demás hay un sinnúmero de situaciones que desencadenan estrés. Y aunque es una reacción normal frente a un desafío o amenaza es importante controlarla para que no llegue a ser dañina para tu salud.
¿El estrés es perjudicial todo el tiempo? Según la Sociedad Americana de Psicología, un poco de esta tensión física y emocional es positiva, en ocasiones, y hasta es un mecanismo de supervivencia frente a un peligro. Sin embargo, cuando este sentimiento es habitual o el factor estresante es negativo y no se puede combatir o evitar, las respuestas biológicas al estrés pueden afectar tu salud física y mental, en especial al cerebro.
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¿Qué hacer para calmar o controlar el estrés?
Según la Sociedad Americana de Psicología, hay 11 prácticas fundamentales que pueden ayudarte a reducir el estrés en tu vida. Son herramientas basadas en la evidencia para combatir los efectos negativos de manera saludable:
Intenta eliminar factores estresantes:
No siempre es posible escapar de una situación estresante o evitar un problema, pero puedes intentar reducirlo. Evalúa si puedes cambiar la situación que lo causa, tal vez dejando de lado algunas responsabilidades, relajando tus estándares o pidiendo ayuda.
Apoyo social:
Algunos amigos o familiares pueden ser buenos para escuchar y simpatizar. Brindar apoyo también puede aumentar las emociones positivas y disminuir las emociones negativas. Solo asegúrate de que tus relaciones se mantengan en equilibrio.
Ten una buena nutrición:
Cuando te enfrentas a un factor estresante, el sistema nervioso central libera adrenalina y cortisol, lo que afecta el tracto digestivo. El estrés agudo puede matar el apetito, pero la liberación de la hormona cortisol durante el estrés crónico puede causar antojos de grasa y azúcar.
Un alto nivel de cortisol combinado con un alto consumo de azúcar puede provocar la acumulación de grasa alrededor de nuestros órganos internos. Por eso es importante mantener una ingesta balanceada.
Relaja los músculos:
Si sientes tus músculos tensos relájalos con estiramientos, masajes o baños tibios. O prueba la relajación muscular progresiva, un método que reduce la ansiedad y mejora la salud mental en general.
Meditar como vía de escape:
La meditación consciente puede reducir el estrés y la ansiedad. Para comenzar, reserva cinco minutos en un lugar tranquilo para sentarte y respirar.
Duerme bien:
Perder el sueño puede afectar tanto la cognición como el estado de ánimo. Trata de tener una rutina de sueño constante que te permita relajarte antes de que se apaguen las luces.
El ejercicio es salud :
El movimiento enérgico no solo puede mejorar el sueño, sino que también puede combatir directamente el estrés.
Disfruta de la naturaleza:
Los espacios verdes mejoran el estado de ánimo. Intenta tener actividades al aire libre que te permitan entrar en contacto con ambientes naturales. Una vez allí, practica el ejercicio de atención plena que consiste en observar detalladamente algún elemento del entorno que te rodea, percibir sus colores o su sonido; esto ayuda a relajar tu mente.
Mantén tus actividades favoritas:
Cuando la vida se vuelve abrumadora, las personas a menudo abandonan primero sus actividades de ocio. Pero aislarse del placer puede ser contraproducente. No dejes de lado tus pasatiempos, saca un tiempo en tu agenda para dedicarles atención, aunque sea una o dos veces a la semana.
Reformula tu forma de pensar:
Reformular tus pensamientos en torno a un factor estresante puede ayudarte a controlar las emociones, reduciendo los sentimientos de estrés. Muchas veces, no todo es tan malo como pensamos. Cuando estés frente a una situación que pueda detonar emociones de estrés aléjate por unos minutos, deja que tu mente se calme y regresa al lugar, verás cómo probablemente observes el caso desde otra perspectiva.
Busca ayuda:
Si sientes que no es suficiente este tipo de prácticas, busca ayuda en un psicólogo u otro proveedor de salud mental que pueda enseñarte a manejar de manera efectiva tus emociones y a controlar el estrés.