Los divorcios y separaciones de parejas muchas veces son procesos emocionalmente complejos. Sin embargo, cuando hay un hijo en común con la expareja este proceso se vuelve más desafiante, pues hay responsabilidades adicionales que deben mantenerse inalterables luego de la separación. Así lo hizo saber la psicóloga clínica Meury Rivero en el forochat “Vivir la adolescencia con padres separados”, realizado el jueves 6 de julio a través de WhatsApp y de la mano con 567 lectores de El Pitazo.
Durante su ponencia la especialista recordó que el divorcio es solamente el finiquito formal de un vínculo de pareja, pero bajo ninguna circunstancia debe representar el quiebre del vínculo entre padres/madres e hijos. También explicó que la noticia del divorcio siempre debería comunicarse a los hijos en presencia de ambos padres, manteniendo el respecto hacia la pareja y dejando claro que el trabajo de crianza en equipo seguirá adelante. Respecto al momento de comunicar la noticia, Rivero también listó algunas recomendaciones adicionales:
- A los hijos debe informárseles y explicárseles las razones del divorcio, pero no se les consulta si este debe o no llevarse a cabo, pues la decisión ya se tomó.
- En importante evitar sobreexponer los motivos de la separación, culpabilizar a un solo miembro de la pareja o revelar información íntima de la misma a los hijos.
- Ambos padres deben demostrar su disposición de mantener el rol correspondiente hacia los hijos y dejar claro que ellos podrán seguir contando con ustedes.
- La dinámica del padre bueno y el padre malo debe evitarse, pues tanto el rol materno como el paterno son relevantes en el desarrollo emocional de los hijos.
Para la psicóloga es muy importante que la fase informativa se desarrolle adecuadamente. No obstante, considera que la etapa posterior es la que representa el verdadero desafío para el grupo familiar, pues es cuando se lidia con las consecuencias de la separación.
“Como padres deben mostrar disposición a acompañar a sus hijos en todo el proceso, a responder sus preguntas y hacer evidente que sus vínculos con el adolescente siguen intactos y no se verán condicionados”, apuntó. Relacionado con esto, Rivero también listó algunas recomendaciones adicionales para después que el divorcio se concrete:
- Los cambios en las dinámicas de vida deben ser informados. Hay que hablar sobre cómo se manejarán los permisos, la custodia, las visitas, los traslados a las distintas actividades y más.
- La comunicación entre padres e hijos, y también entre la expareja, debe ser asertiva.
- El objetivo siempre debe ser la crianza respetuosa, responsable y en la que ambos padres participen activamente y bajo las mismas condiciones.
- Los permisos y autorización siempre deberían ser aprobados por ambos padres, pues no hacerlo podría generar nuevas discrepancias y debilitar la comunicación.
- El respeto y espacio hacia la expareja deben estar presentes en todo momento. Además, es importante reforzar la idea de que el otro siempre seguirá siendo mamá o papá, aunque el vínculo de pareja se haya roto.
Adicionalmente, la psicóloga habló sobre algunos problemas comunes que se presentan en divorcios donde hay hijos en común y cómo afrontarlos.
“Por favor, no conviertan a sus hijos en mensajeros o intermediarios, pues esto comunica un mensaje errado. Los hijos no son parte de la relación de pareja, sino un vínculo diferente que debe mantener inquebrantable”, indicó. “Sí, cuando la separación fue causada por situaciones como la violencia, los abusos y situaciones similares es importante contar con un intermediario, pero este puede ser un familiar, un amigo, un abogado y hasta un terapeuta, pero nunca un hijo”, agregó.
También recordó que el manejo emocional en la adolescencia es complejo y variable, así que no debe ser una señal de alarma si los hijos se aíslan o muestran poco interés respecto al divorcio durante algún tiempo. “Esto no significa que no les duele o no les importa”, señaló Rivero.
Para cerrar, la invitada apuntó que es normal que un hijo de padres divorciados sienta que su estructura familiar se resquebrajó, pero es tarea de los padres que no fue así y que van a fortalecer el vínculo.
También recordó que el manejo emocional en la adolescencia es complejo y variable, así que no debe ser una señal de alarma si los hijos se aíslan o muestran poco interés respecto al divorcio durante algún tiempo. “Esto no significa que no les duele o no les importa”, señaló Rivero.
Para cerrar, la invitada apuntó que es normal que un hijo de padres divorciados sienta que su estructura familiar se resquebrajó, pero es tarea de los padres que no fue así y que van a fortalecer el vínculo.