San Cristóbal.- El sábado 6 de octubre murieron tres pacientes renales en la entidad tachirense, quienes recibían sesiones de dos horas en vez de seis horas. Al presentarse esta situación, comenzaron a sufrir las consecuencias de no ser dializados correctamente, hasta fallecer.
Desde el viernes 5 de octubre comenzó a fallar la bomba de agua de la unidad de diálisis de la ciudad, lo que generó que los pacientes tuvieran retraso en sus sesiones, que además no se están realizando completas.
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«Esto es inhumano, no es justo. Tres pacientes murieron el sábado, y ellos se suman a los 10 que han muerto en un mes. Ya suman 13. Estamos hablando de 13 personas que fallecieron porque al Gobierno no le duelen ni les da la gana de ayudarnos», denunció Paola Martínez, familiar de un paciente renal.
Los pacientes y sus seres queridos aseguran que la falla de la bomba del agua se debe a las constantes fallas de luz; por ello consideran primordial la compra de una planta eléctrica «que garantice que no se interrumpan las sesiones de diálisis y que no se quemen más equipos», dijo Luz Martínez, esposa de un paciente renal.
Sin solución alguna…
En la unidad de diálisis actualmente el 66 % de las máquinas se encuentran paradas debido a la falta de filtros purificadores que permitan que todas estén en funcionamiento.
«Estos filtros cuestan aproximadamente 50 dólares en Perú, pero nosotros no tenemos cómo comprarlos. El Gobierno venezolano debe proveerlos y no lo hace. Queremos extender un llamado a toda la comunidad internacional para que nos ayuden porque son más de 700 pacientes renales quienes podrían morir. Ya van tres en 24 horas y no queremos que esa cifra aumente», aseveró Luz Martínez.
En San Cristóbal hay un área de nefrología en el Hospital Central de la ciudad que se encuentra cerrada debido a la caída del techo. Las autoridades médicas han informado que no tienen los recursos necesarios para poner en funcionamiento este servicio.