Aunque la propaganda oficial se ufana de la gratuidad del Plan Vuelta a la Patria, lo cierto es que para retornar a Venezuela por vía aérea en tiempos de COVID-19 se debe pagar. Los montos incluyen boletos, impuestos de salida, prueba PCR y estadía en una posada u hotel, en un plan diseñado por la Cancillería. Ningún vuelo de repatriación es igual, todo depende del destino y la aerolínea que lo ejecute, aunque el deseo de la mayoría sea el mismo: volver a casa
Natalia Álvarez es una venezolana que por la suspensión de operaciones aéreas, a consecuencia de la pandemia del COVID-19, quedó varada en Santo Domingo, capital de República Dominicana. Tras meses de espera y tras enfrentar situaciones complejas, Álvarez regresó a Venezuela en un vuelo de repatriación realizado por la aerolínea del Estado, Conviasa, el pasado 23 de octubre.
Tras llegar al Aeropuerto Internacional Simón Bolívar de Maiquetía y ser trasladada al hotel donde cumpliría una cuarentena en espera del resultado de la prueba PCR para COVID-19 que le realizaron posterior a su aterrizaje, Álvarez se sorprendió al escuchar a voceros del gobierno de Nicolás Maduro hablar acerca de la gratuidad y beneficios del llamado Plan Vuelta a la Patria, refiriéndose a los vuelos humanitarios o de repatriación, que se retomaron desde el mes de septiembre de este año.
“Para mí fue una cachetada cuando escuche que los vuelos de regreso son gratis. A mí este regreso no me salió gratis un carajo. Trabajé en Santo Domingo y me endeudé para volver al país. Tuve que pedir prestado. De hecho, unos amigos me prestaron para que pagara el hotel. Si hay vuelos gratis, serán para los amigos del gobierno, porque para los venezolanos sin contactos, no ha sido así”, contó la mujer a El Pitazo, vía telefónica.
Álvarez explica que requirió 240 dólares para pagar el pasaje y los impuestos, 75 dólares para realizarse la prueba PCR, exigida por la Cancillería venezolana, y su familia en Venezuela pagó 240 dólares para el hotel donde pasaría los tres días de cuarentena, que incluía las comidas. En total necesitó de 555 dólares para volver al país.
El caso de Álvarez no es aislado, sino que se replica en cientos de casos de retornados en los vuelos organizados desde el 5 de septiembre de este año, cuando el gobierno de Nicolás Maduro reinició los viajes de repatriación. El Pitazo conversó para este trabajo con 30 repatriados, de diversos destinos. Todos debieron hacer pagos, que oscilaron entre un mínimo de 120 y un máximo de 1.390 dólares. Otro detalle que también queda claro es la discrecionalidad de las embajadas y la Cancillería para la organización de los vuelos de repatriación y los costos del mismo.
Para mí fue una cachetada, cuando escuché y que los vuelos de regreso son gratis. A mi este regreso no me salió gratis un carajo. Trabajé en Santo Domingo y me endeudé para volver al país
Natalia Álvarez, repatriada desde República Dominicana
Ni tan humanitarios
Aunque el gobierno de Maduro maneja en su discurso que los vuelos de repatriación son humanitarios y que forman parte del Plan Vuelta a la Patria, en materia aeronáutica eso no es así.
De acuerdo con las definiciones de organizaciones aeronáuticas internacionales, un vuelo humanitario es aquel que transporta pasajeros bajo condiciones médicas especiales o cuya vida está en riesgo y se requiera de un tratamiento médico. Asimismo, entran en la definición aquellos que lleven insumos médicos o alimentos en medio de una catástrofe.
Por otro lado, los vuelos de repatriación tienen como objetivo principal trasladar hasta su país de origen a pasajeros que se encuentren varados en un país extranjero, sin importar la causa. Esto, sin embargo, no es sinónimo de gratuidad.
“Que un vuelo sea de repatriación, no quiere decir que sea gratuito. Toda operación aérea tiene un costo y debe ser pagado por alguien. Las aerolíneas comerciales deben cobrar ese vuelo, puede ser en precios más accesibles, o que los pasajeros no pagasen si el Estado asume el costo de ese vuelo en beneficio de sus ciudadanos, por ejemplo”, explica un experto aeronáutico, consultado por El Pitazo, que solicitó que su identidad se mantenga en reserva.
Sin embargo, el mismo experto acota que hay bemoles en cuanto al cobro de los vuelos de repatriación. “Lo que sí está mal es cuando el Estado es dueño de una aerolínea, como el caso de Venezuela, que el Estado es dueño de Conviasa, y se aprueban vuelos de repatriación a un destino donde se tiene el monopolio, como Toluca y Cancún en México, donde pueden poner la tarifa que mejor consideren, porque no hay otra opción. De esta forma garantizan un ingreso para la aerolínea, en detrimento del venezolano que está varado”, señala la fuente.
Sobre ese caso, consultamos a venezolanos que tomaron los vuelos de repatriación desde México. Los consultados, que regresaron a Maiquetía desde Toluca el 8 de octubre y desde Cancún el 21 de octubre, aseguran haber pagado entre 400 y 620 dólares para garantizar su retorno. Este monto no incluye el hospedaje. “México es uno de los destinos con más varados, pero no se te da acceso al vuelo hasta que no garantizas tener el dinero para pagar. Exoneran como mucho a cinco o diez personas y deben comprobar que están enfermas o no tienen cómo vivir allá. En realidad, a la embajada y a la aerolínea poco les importa la situación de los venezolanos varados, lo importante es que se pague el boleto”, asegura Carla Mendoza, venezolana retornada. Para la mujer, bionalista que quedó varada mientras visitaba a su hija migrante, el costo del retorno fue cerca de los 800 dólares.
México es uno de los destinos con más varados, pero no se te da acceso al vuelo hasta que no garantizas tener el dinero para pagar. En realidad a la embajada y a la aerolínea, poco les importa la situación de los venezolanos varados, lo importante es que se pague el boleto
Carla Mendoza, repatriada desde México
El tema de la discrecionalidad es otro punto a resaltar. “Conviasa ha realizado vuelos de repatriación desde Panamá cobrando un mínimo, como mucho 50 dólares. Y a la semana, organiza otro y el pasaje es de 200 dólares. No hay reglas claras, porque el retorno también es usado para fines políticos y siempre a conveniencia”, explica una fuente interna de la aerolínea bandera venezolana, que solicita no ser identificado.
Otros destinos donde se han registrado vuelos con pagos mínimos de boletería han sido Santiago de Chile y Montevideo. “En el caso del vuelo que regresó desde Uruguay, Conviasa fue contratada para trasladar a un equipo uruguayo que venía a jugar en la Copa Libertadores. Entonces aprovechó ese vuelo para traer repatriados. Ya el equipo había hecho el pago correspondiente por la ruta completa, como se acostumbra en las transacciones aéreas, así que lo poco que cobró fue ganancia”, agrega la fuente.
El Pitazo consultó a uno de los 98 venezolanos que regresaron de Uruguay el pasado 24 de septiembre. Los retornados debieron pagar 146 dólares entre boleto, tasas de salida y la prueba PCR que se realizó en el Laboratorio de Tecnología del Uruguay. Además se les presentó un “paquete de estadías”, que debía ser pagado antes de abordar el vuelo. Esos paquetes iban desde los 170 hasta los 370 dólares.
A pesar de pagar una prueba PCR para COVID-19 para poder abordar el vuelo, los repatriados deben efectuarse otra al llegar al aeropuerto de Maiquetía. Ese resultado debe esperarse en los hoteles destinados para la cuarentena | Cortesía Procuraduría del estado Vargas
Sin reserva de hospedaje no hay regreso
Otro costo asociado con el retorno de los repatriados por vía aérea es la del pago de los hoteles o posadas donde se debe esperar un mínimo de tres o cinco días, para obtener la respuesta de la prueba PCR.
“Esta modalidad se utilizó por primera vez en el primer vuelo de repatriación desde España, el 21 de julio de este año. El sistema funcionó bien y la Cancillería de Venezuela decidió aplicarlo. En teoría, no es lo mismo si te vas a devolver a Venezuela en avión, que si te estás devolviendo caminando o en autobús. Si tienes para pagar un pasaje, debes tener para pagar donde quedarte”, refiere una fuente del aeropuerto de Maiquetía, quien trabaja en la atención de los vuelos de repatriación y que solicitó la reserva de su identidad.
En el caso de los repatriados que van a Caracas, las posadas y hoteles dispuestos, así como sus costos, son enviados por vía correo electrónico o WhatsApp a quienes van a tomar los vuelos. Así hayan recibido alguna exoneración parcial o total del boleto aéreo, los retornados deben pagar su estadía pues, en caso contrario, la cancelan y no pueden abordar el vuelo. Actualmente, la única oferta gratuita es el hotel Sanitario La Guaira, dependiente del ejecutivo regional litoralense y con capacidad de atención para 150 personas. Sin embargo, se ha dado el caso de vuelos en los que la opción gratuita no se envía, por no contar con plazas.
“Eso fue lo que me ocurrió a mí, me mandaron las opciones y todas eran pagas. A mi familia le exoneraron una parte del pasaje para regresar por Estelar desde Buenos Aires, ahora en octubre, pero no la estadía. Nosotros no teníamos con qué pagar eso. Pensamos que la opción de ir a Los Caracas aún estaba disponible, pero no es así. Igual, para regresar autoricé a mi familia para que vendiera algunas cosas para poder pagar el hospedaje y asegurar montarme en ese avión”, contó Catalina Rodríguez, quien destinó 600 dólares para el hospedaje de su grupo familiar de cuatro personas en un hostal, al oeste del estado Vargas.