Caracas.- Hablar con Óscar Olivares es como hablar con un adulto de 50 años. Es firme y decidido, escucha y responde las preguntas con serenidad; relata con detalles situaciones personales que lo hicieron alejarse del camino de la violencia. Su obra, de singularidad extraordinaria, es apacible, amable, relajante, soñadora y es una invitación permanente a tener esperanza ante cualquier situación crítica.
Óscar Olivares protesta pacíficamente en su obra
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