Ciberdelincuentes suplantan la identidad de familiares y amigos para ofrecer divisas por medio de ventas fraudulentas. Bandas criminales operan desde Cabimas, en Zulia, a través de la modalidad de phishing para acceder a información personal en correos electrónicos y redes sociales

“Hola, agrega mi nuevo número”. Así fue el mensaje que recibió Ángel Ruiz, un ingeniero de 49 años, antes de perder parte de su capital de inversión para un emprendimiento. Ángel fue embaucado por ciberdelincuentes al tratar de ayudar a uno de sus amigos con una venta de divisa.

En medio de la cuarentena decretada para evitar la propagación del COVID-19, la “viveza criolla” hace de las suyas. Desde marzo, por la pandemia, la gente está confinada en sus casas. Para mantenerse conectada con su entorno intercambia mensajes y videollamadas desde sus hogares. Esta situación es aprovechada por ciberdelincuentes para estafar, utilizando como modus operandi la suplantación de identidad.

Los estafadores buscan blancos, cualquiera puede ser una potencial víctima para suplantar su identidad. Una persona que se hace pasar por otra, alguien que conoces, para concretar una venta engañosa, en este caso de divisas.

“La Brigada Contra Delitos Informáticos del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc) recibe entre dos y seis denuncias diarias solo en el estado Zulia”, dijo un funcionario del organismo.

Ángel Ruiz fue víctima a través de WhatsApp, la segunda red social con más usuarios en el mundo, superando los 2.000 millones de usuarios, según estadísticas anunciadas por sus creadores en febrero. Le robaron dinero sin salir de su casa.

Denuncias sobre fraudes por redes sociales y WhatsApp se reportan a diario en los organismos de seguridad venezolanos. La Brigada Contra Delitos Informáticos del Cicpc recibe entre dos y seis denuncias cada 24 horas solo en el estado Zulia, según cifras a las que tuvo acceso El Pitazo.

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EL PHISHING ES UN ESQUEMA DE ESTAFA EN EL QUE LAS VÍCTIMAS RECIBEN UN CORREO ELECTRÓNICO EN EL QUE LE PIDEN ACTUALIZACIÓN O VERIFICACIÓN DE DATOS PERSONALES, SEGÚN INTERPOL


Bandas se dedican al phishing

Cabimas, ciudad petrolera de la Costa Oriental del Lago, ha sido identificada por el Cicpc como el epicentro de bandas que se dedican a cometer delitos informáticos. En la zona operan las organizaciones criminales de “los Hacking de Las Delicias”, “los Piratas de las Redes”, “los Cibercrimen de Tierra Negra”, “los Cala”, “los Peluqueros” y “el Africano”.

Las organizaciones están conformadas por hombres y mujeres, entre 15 y 40 años, quienes a través de la modalidad de phishing engañan a personas para adueñarse de sus correos electrónicos y redes sociales, explicó un funcionario del Cicpc, bajo la condición de anonimato.
“El phishing es un esquema de estafa en el que las víctimas reciben un correo electrónico, en el que le piden actualización o verificación de datos personales”, explica la Interpol, organización internacional.

El phishing, según la Organización Internacional de la Policía Criminal, es un esquema de estafa en el que las víctimas reciben un correo electrónico convincente con un formulario en el que le piden actualización o verificación de datos personales, puede ser visitando un sitio web externo o respondiendo el correo.

La Interpol define este tipo de estafas como fraudes basados en la ingeniería social, debido a que son métodos utilizados por delincuentes para explotar la confianza de una persona, con el fin de obtener dinero o información confidencial que le permita cometer un delito después.

Estas bandas delictivas después de obtener el ingreso al correo se adueñan de datos personales para buscar víctimas, de forma aleatoria y enviar mensajes falsos sobre ventas de dólares, afirmó el funcionario de la policía científica.

Ventas de dólares

Ángel, a través de un grupo de Facebook que crearon sus compañeros de promoción de su colegio, ubicado en Cabimas, encontró a uno de sus mejores amigos de la época: Luis Manuel. Ambos intercambiaron sus números.

Entre marzo y abril se pusieron al día sobre sus vidas, tanto a nivel profesional como familiar. Luis es dueño de una venta de repuestos de carros. El sábado 2 de mayo, Ángel recibió un mensaje: “Hola, es Luis. Cambié de número”.

Más tarde recibió otro mensaje por WhatsApp: “Hermano, tengo una emergencia. Estoy vendiendo 1.230 dólares por Zelle, avísame si estáis interesado o conoces a alguien”, escribieron. El valor del dólar ofertado era inferior al manejado en el mercado paralelo de divisas.

Ángel, sin dudar, aceptó y le compró 650 dólares. Mientras que la otra parte la negoció para su primo con fondos destinados para pagar el arriendo de un local en el que funcionaría su negocio: una charcutería que abrirían en el Casco Central en Cabimas, después de la cuarentena. Un proyecto que se mantiene en pausa.

Después que Ángel le confirmó la transacción, la cual realizó a una cuenta en bolívares, envió un correo y datos de la persona que recibiría el dinero en Zelle, una plataforma utilizada en bancos americanos para transferir a través de número de teléfono o correo electrónico. “En un rato te van a transferir”, aseguraron. La transferencia nunca llegó.

El 3 de mayo, al no recibir la transferencia en la cuenta, contactó con Luis por el mismo número, no tenía foto de perfil ni recibía los mensajes. Ya sus victimarios habían cortado contacto. Preocupado por su dinero, entró en su perfil de Facebook para comunicarse con su amigo. En su muro había una alerta: “No he cambiado de número, alguien se está haciendo pasar por mí. Estén pendiente, no soy yo”, publicó Luis.

El pago por Zelle no se concretó. Fue un engaño que lo dejó sin parte de su capital y con una deuda por pagar. Al actuar como intermediario en la venta, además de los 650 dólares que perdió, deberá pagar a su primo 580 dólares. Aunque la transacción fue pagada en bolívares a una cuenta bancaria que le enviaron los estafadores, deberá reembolsar el dinero en divisas a su primo. Tiene seis meses para efectuar el pago.

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Responder – Reenviar

El correo de Luis había sido hackeado por los ciberdelincuentes, quienes cambiaron las claves y restablecieron el respaldo de toda la información que tenía vinculada a su cuenta en un teléfono nuevo. Al menos 30 de sus contactos recibieron el mensaje sobre el cambio de número y una oferta de divisas. Además de Ángel, seis contactos fueron víctimas de la oferta falsa. El monto del fraude asciende a 3.900 dólares.

Aunque los funcionarios tienen los datos de la cuenta bancaria y los números de teléfonos, aún no hay detenidos por el caso. Las personas involucradas están en Colombia, según las investigaciones de los detectives del Cicpc. Tanto Luis como Ángel realizaron una denuncia ante la policía científica. Ambos son víctimas, pero su caso sigue sin respuesta.

Cicpc alerta sobre estafas

El año 2019 cerró con 325 detenciones por delitos informáticos solo en la Costa Oriental del Lago, en el estado Zulia. Mientras que en lo que va de 2020, según un inspector del Cicpc, se han registrado 110 detenciones relacionadas con estafa en dólares en cuatro subdelegaciones: Cabimas, Ciudad Ojeda, Miranda y Mene Grande.

En febrero, el Cicpc, en una operación en conjunto con la Policía Nacional Bolivariana del estado Trujillo, detuvieron a Eduardo Africano Castro, de 32 años, líder de la banda “el Africano”, junto a cinco de sus integrantes en Valera, anunció Néstor Reverol, ministro de Interior y Justicia.

El director del Cicpc, Douglas Rico, ha alertado sobre estafas a través de WhatsApp y redes sociales en el que ciberdelincuentes utilizan una fachada falsa para convertirse en una persona cercana y ofrecer dólares.

Africano está relacionado con al menos 15 denuncias realizadas en el Cicpc por ventas fraudulentas de divisas. “La gente tiene que desconfiar y verificar todas las transacciones antes de hacer un pago”, dice un funcionario del Comando Nacional Antiextorsión y Secuestro, adscrito a la división Base Costa Oriental del Lago.

El director del Cicpc, Douglas Rico, ha alertado sobre estafas a través de WhatsApp y aseguró que los ciberdelincuentes logran ganar confianza porque usan una foto de perfil de la persona que suplantan. En algunos casos monitorean a sus víctimas a través de redes sociales y revisan la información que obtienen a través de correos electrónicos. Su fachada es convertirse en una persona cercana para vender divisas y, una vez la víctima realiza el pago, cortan la comunicación.

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¿QUÉ RECOMIENDAN PARA DISMINUIR RIESGOS?

Funcionarios adscritos a la Brigada de Delitos Informáticos, a través de las redes sociales, han ofrecido recomendaciones para minimizar riesgos y solicitan a las víctimas de estafas que denuncien a través del 0800-Cicpc, mientras que Douglas Rico, director del organismo, mantiene el número de teléfono 0424- 2790619 para recibir asesoría.

– Al recibir un mensaje de un amigo o familiar notificando que cambió su número de teléfono debes escribir al número que tienes registrado o alguien de su entorno para verificar la información.

–Cuando un contacto notifique que realizó un cambio de número, pedir un mensaje de voz de comprobación o hacer preguntas determinas que solo ambos conozcan la respuesta.

–Evitar realizar compras o ventas a través de mensajería de WhatsApp o redes sociales, sin tener contacto directo con la otra persona involucrada.

–No agregar personas desconocidos a sus redes sociales y mantener privada la información de contacto.

–Cambiar periódicamente las contraseñas en redes sociales.

–Implementar pasos de seguridad de verificación para ingresar en su correo electrónico y redes sociales.

–No abrir correos electrónicos que tengan enlaces de remitentes que no conoce ni proporcione datos a través de formularios o en respuestas del correo.

–En caso de tener un correo de Gmail habilitar pasos de seguridad de confirmación al ingresar en su cuenta, mientras que en Hotmail, pueden enviar códigos a sus números de teléfono.

–Facebook, desde 2018, activó una opción que permite a los usuarios elegir entre tres y cinco contactos de confianza para poder recuperar la cuenta en caso de ser hackeados. Esa persona recibe un código que le permite ingresar.

–Evitar abrir correos con remitentes desconocidos, donde exijan claves de ingresos a sus cuentas de correo y redes sociales.

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