Hay al menos 145 tipos de peces que habitan en el sistema del lago de Maracaibo, además de manatíes, toninas, tortugas y caimanes. Los derrames de petróleo, descarga de aguas servidas, acumulación de basura en las cañerías y sobrepesca las hacen vulnerables y las ponen en peligro, pero organizaciones y biólogos siguen luchando por su rescate
El icónico lago de Maracaibo aún alberga vida en su espacio, que específicamente es un estuario porque allí se mezclan agua dulces de ríos y saladas de mar por el golfo de Venezuela. Este cuerpo geográfico es en realidad un sistema compuesto por la cuenca (extensión territorial drenada por ríos que desembocan en el lago) y el espejo de agua propiamente dicho. Con sus imponentes 13.210 kilómetros cuadrados de extensión, este cuerpo lacustre es el más grande de Latinoamérica y el segundo más antiguo de la Tierra, después del Baikal, ubicado en Rusia. Una gaita de Cardenales del Éxito resumió lo que está tallado en el corazón de los zulianos: “… lago, China y puente”.
El lago no es solo un espacio acuático con conexión y salida al mar, sino que es el hogar de decenas de especies, al menos 145 de peces y de otras cuya cantidad no se ha podido determinar hasta ahora, según biólogos consultados. Hay marinas y terrestres, de agua salada y dulce, endémicas (que solo están en el lago), otras afectadas por la sobrepesca y otras más que están en peligro de extinción.
Algunas de las especies vulnerables y en peligro son el caimán de la costa, la tortuga verde, el manatí, la tonina del lago y varios peces, como el malarmo, pámpano, bagre paletón y bagre guitarrita andino. Entre las especies de la cuenca del lago que se encuentran amenazadas están el mono de la noche, oso hormiguero, mono araña, puercoespín peludo, cunaguaro, gato de monte y el murciélago cardonero.
La bióloga Nancy Hernández, profesora del departamento de Agronomía de la Universidad del Zulia, destaca que entre las especies endémicas están el bagre cinchado de los Andes, el corroncho cavernícola de Perijá, el manamana y el bocachico o coporo de Maracaibo. Este último tiene valor comercial para la pesca artesanal.
Las especies vulnerables y en peligro son el caimán de la costa, la tortuga verde, el manatí, la tonina del lago y varios peces, como el malarmo, pámpano, bagre paletón y bagre guitarrita andino
Nancy Hernández, bióloga
Una de las especies afectadas por la sobreexplotación, también llamada sobrepesca, es el cangrejo azul, que se convirtió en un recurso representativo del occidente venezolano al ser exportado a otros países, lo que se traduce en fuente de empleo y de ingreso económico, explica la bióloga.
El espejo de agua y las especies que viven en su cuerpo siguen resistiendo. “Un grito desesperado del lago diciendo: Aún tengo mucha vida. Esto es un recordatorio para que insistamos en su saneamiento y protección”, apunta una publicación con un video de manatíes apareándose en el lago de Maracaibo. Este material lo subió a las redes el Proyecto Sotalia, organización de Maracaibo dedicada a la investigación y conservación de mamíferos acuáticos, en marzo de este año.
Aunque el lago tiene riqueza petrolífera por la perforación, que alcanza unos 15.000 pozos, esta es también una de las principales causantes de su contaminación, junto a la descarga continua de aguas servidas sin tratamiento y la basura arrastrada por los caños que desembocan en sus aguas. A pesar de la situación, el lago es resiliente, aún tiene vitalidad.
Especies que viven en el lago
“Mientras hay vida, hay esperanza”, dice un refrán que los biólogos que estudian especies en el lago de Maracaibo llevan como su bandera. Aún hay especies que proteger, que son vulnerables y que están en peligro crítico; sin embargo, los biólogos coinciden en que nunca es tarde para atender la situación ambiental que le pasa factura al estuario zuliano.
La directora de Proyecto Sotalia, Yurasi Briceño, destaca que en el lago habita también un tipo de delfín (Sotalia guianensis), conocido como la tonina del lago. Por la cercanía con el golfo de Venezuela, hay más especies entre ellas 16 de tiburones, 5 de tortugas y otras de camarones.
“No todas las especies han sido evaluadas, pero de las que están, al menos las tortugas marinas que visitan el lago están amenazadas mundialmente. La contaminación es un riesgo para la fauna y la gente”, precisa Briceño, que se dedica a la conservación de mamíferos en Venezuela.
En el lago de Maracaibo hay muchas especies, entre ellas 16 de tiburones, 5 de tortugas y otras de camarones
Yurasi Briceño- bióloga
Briceño explica que hay especies que los pescadores encuentran más pequeñas debido a la sobrepesca o a la contaminación. Esta se produce por arrojar residuos sólidos, plásticos, petróleo y talas de manglares, entre otros, en las orillas del lago.
Un ejemplo de cómo se afectan las especies por la contaminación está en la tortuga marina cabezona, de la especie Caretta caretta, que fue encontrada en el sector Santa Rosa de Agua, en Maracaibo, y falleció en el año 2021 por obstrucción. En sus intestinos encontraron bolsas de plástico.
Lenín Parra Montes de Oca, biólogo, con una maestría en geografía, ambiente y ordenamiento territorial y quien además es coordinador de la Fundación XLagoMaracaibo, dice que las especies de tortuga que están en riesgo son la cardón, verde, carey, lora y la cabezona, además de las nutrias o perro de agua y el caimán de la costa, que tiene una presión por la cacería. “La llamada tonina del lago no está en peligro de extinción, pero sí está muy amenazada por los derrames de petróleo”, especifica Parra.
Entre las especies endémicas o autóctonas que están presentes en la cuenca del lago y que están en peligro, Parra destacó al galápago de Maracaibo. A su vez, el cabezón del Zulia, una tortuga que solo está presente en el Sur del Lago, según registros, se encuentra en un estatus que los biólogos llaman vulnerable o amenazado.
Las especies de tortuga que están en riesgo son la cardón, verde, carey, lora y la cabezona, además de las nutrias o perro de agua y el caimán de la costa, que tiene una presión por la cacería
Lenin Parra, biólogo
El biólogo habla también de otra amenaza para el lago de Maracaibo: el ingreso de especies exóticas que son invasoras y afectan la biodiversidad. “Estas especies no pertenecen a un espacio geográfico y son traslocadas, como el caso de la tilapia, un pez africano que tiene rápido crecimiento y fue trasladado para desarrollar acuícola en el río Limón”.
Lenín Parra agrega que se hicieron granjas, pero la tilapia se escapó hasta llegar a ríos que desembocan en el lago de Maracaibo. Se considera que esta especie es un depredador tenaz, lo que representa un problema. “Este hecho ocurrió en la década de los ochenta y no hay registros para determinar cuántas especies han desaparecido por el arrase que ha hecho este pez”, indica Parra.
Sobrepesca de especies
La sobrepesca se da cuando hay un elevado nivel de captura de especies y los pescadores extraen más de las que se pueden generar en ese ecosistema, lo que representa una amenaza. En el caso del lago de Maracaibo se habla del cangrejo azul (Callinectes sapidus), que según los registros comenzó a explotarse entre los años sesenta y setenta.
Randi Guerrero, biólogo y ecólogo acuático, explica que la sobreexplotación se da cuando el recurso, en este caso el cangrejo azul, no está teniendo la renovación poblacional, lo que está vinculado a una intensidad mayor en la pesca y bajas posibilidades para repoblar.
La sobrepesca de cualquier recurso acuático en un sistema representa un desequilibrio para el ambiente
Randi Guerero, biólogo
Ese cuadro significa que los pescadores capturan cangrejos cada vez más pequeños, con tallas inferiores al promedio. Este poco crecimiento indica que hay sobrepesca, ya que la especie no tiene la posibilidad de alcanzar la madurez sexual para reproducirse, es decir, llegar a una talla para renovar la población a través de la reproducción.
“La sobrepesca de cualquier recurso acuático en un sistema representa un desequilibrio para el ambiente, lo que es un riesgo para el cangrejo azul y las poblaciones silvestres. La pesca indiscriminada modifica el equilibrio natural, y cuando los recursos pesqueros comienzan a disminuir su talla, eso indica que estos van a colapsar. No se habla sobre desaparición o extinción por esfuerzo pesquero porque no hay estudios suficientes sobre esto. Pero sí es posible referirse a la disminución de su población y a un desequilibrio en el ecosistema”, precisa Guerrero.
En 2015 se registró una disminución de talla y peso en los ejemplares del cangrejo azul, una de las especies a las que se le realizaban monitoreo periódico, según precisa un estudio que realizó el Laboratorio de Recursos Pesqueros del antiguo Instituto Nacional de Investigaciones Agrícolas (Inia). Según las normas pesqueras, la talla mínima de este crustáceo debe rondar los 8 centímetros de ancho de caparazón.
En 2015 se registró una disminución de talla y peso en los ejemplares del cangrejo azul, una de las especies a las que se le realizaban monitoreo periódico
Si hay algo que dibuja una situación de sobrepesca es lo apuntado en octubre de 2020 por el entonces gobernador del Zulia, Omar Prieto. En ese momento este anunció que cada mes sacaban del lago unas 1.100 toneladas de cangrejo azul para la exportación a través de 19 plantas procesadoras en Maracaibo, San Francisco y La Cañada de Urdaneta. Agregó el exgobernante que en 2019 se exportaron 2.057 toneladas y hasta el mes de la declaración, el registro alcanzaba las 1.158 toneladas.
Además del cangrejo azul, según información que proporcionó el biólogo Guerrero, en el lago de Maracaibo hay 60 potenciales recursos pesqueros, aunque no más de 10 de ellos son los que se explotan. En las aguas hay bivalvos, moluscos, calamares, pulpo y otras especies que se pudieran comercializar, además de peces y crustáceos, aunque no hay estudios que respalden que hay una explotación más allá de la local.
Contaminación por petróleo
La contaminación por petróleo en la región es compleja y recurrente. En las costas se han reportado derrames por petróleo desde el año 2014, lo que afecta a las especies que viven en el lago de Maracaibo.
La bióloga Nancy Hernández dice que la falta de monitoreo por parte de los entes reguladores y de conservación es evidente al observar manchas en la superficie del agua o la llegada a las costas de estas grandes manchas de hidrocarburos, que arrasan con los animales y vegetales que están en el espejo de agua.
La especialista explica durante la entrevista que el daño por derrames de crudo va más allá de lo que se ve. Dentro del proceso de degradación, una vez que se esparce el hidrocarburo, una parte se volatiliza y otra se disemina en el agua y contamina a los organismos presentes. Otra porción tiende a hundirse. La formación de esta película densa que se forma en la superficie implica la muerte instantánea de los organismos que quedan atrapados.
“Dada la evidencia, podemos decir que los daños causados por un derrame de petróleo son difíciles de resarcir, y dado la naturaleza misma, están relacionados con la estructura trófica o alimenticia, la desaparición de especies y su sustitución por otras oportunistas”, agrega la experta.