Estados Unidos es el país de las oportunidades, al menos así lo consideran los músicos Leopoldo Rojas, Dayana González, Armando Silva y Xuxa Borges, porque en Miami respetan la cultura y reconocen los conocimientos de los venezolanos

El público desconoce de dónde proviene el disc jockey (DJ) que detrás del máster está ambientando la fiesta. Tampoco se pregunta cuál es su país de origen, a menos que sus rasgos físicos sean evidentes. Detrás de estos artistas que analizan el comportamiento de los hombres y mujeres para elegir la canción apropiada hay misterio. ¿Cómo hacen bailar al tímido y al extrovertido en una misma pista?

Aunque no nacieron con un detector de emociones, aprendieron a manejar las herramientas para elevar o disminuir los ánimos de los asistentes con solo pinchar un botón, hasta motivarlos a consumir dentro del local por largas horas con la excusa de disfrutar. Su rol en las fiestas va más allá de mezclar temas de otros artistas y, si no lo crees, pregúntale a los venezolanos que emigraron a Estados Unidos en busca de las oportunidades artísticas que en su propio país no tuvieron.

Dayana González, una venezolana de 23 años de edad con 6 años de experiencia como DJ, no tenía previsto emigrar a Norteamérica para dedicarse a crear sets desde cero, pero una oportunidad en su carrera como Relacionista Pública la enrumbó, junto a un talento musical, a tomar una decisión: quedarse.


El DJ Leopoldo Rojas descubrió que a las féminas, tanto en Venezuela como en el país norteamericano, les gusta bailar, por lo que adquirió la habilidad de continuar tocando sin límite de tiempo


Sin evaluar las probabilidades de fracaso comenzó su travesía con un pasaporte español a punto de vencerse y con la preocupación de ser expulsada del país por superar el tiempo de permanencia como turista. Sin embargo, esa nación ha sido benevolente con ella, porque pudo optar por el estatus de protección temporal (TPS), sin el que se habría visto obligada a abandonar, temporalmente, su nuevo sueño americano.

En la actualidad, trabaja en equipo con el cubanoamericano Tony Choy, un gestor de artistas y productor musical nominado dos veces al Grammy, que le abrió las puertas al mercado internacional y, ahora, en conjunto, apoyan a DJ venezolanos como Xuxa Borges, Leopoldo Rojas y Armando Silva, a proyectar su talento en eventos de música electrónica.

Si dicen “suéltale” son venezolanos

Leopoldo Rojas dedica sus energías a elegir sets que inciten a las mujeres a levantarse de las sillas y mover el cuerpo al son del ritmo electrónico. Cada vez que una de ellas decide bailar, la pareja, amigo, esposo o peor es nada no tiene alternativa más que seguirle la corriente. Esta táctica la descubrió luego de observar detenidamente a las féminas tanto en Venezuela como en el país norteamericano, por lo que adquirió la habilidad de continuar tocando sin límite de tiempo.

Aún así, explica que el venezolano se diferencia del público anglosajón por lo exigente que puede llegar a ser. Notan los cortes de las canciones y se molestan cuando pasan por alto las sugerencias, pero “estas acciones son necesarias para mejorar”, además solo sus paisanos gritan “suéltale”, “¡wu wu!” o aplauden para demostrar que la están gozando.

En cambio en EE. UU., donde analizan y evalúan su trabajo en el bar o discoteca, siempre habrá un representante de la industria en cacería de un nuevo talento merodeando por las fiestas que, a diferencia de su país natal, “son profesionales, organizadas, con hospitalidad y temáticas”.

Dayana González cree que no hay una receta perfecta para encender una rumba, todo está en el análisis inmediato del entorno. Según ella, en Venezuela predomina la atracción por sonidos tropicales como el afro house, y este escenario se repite en las celebraciones latinas privadas en territorio estadounidense. Los gringos, a quienes cataloga como “muy by yourself”, prefieren ritmos como el Jazz, Hip Hop y Country, aunque la música electrónica surgió en Chicago.

Por otro lado, la experiencia de Xuxa Borges 一nombre real de la artista一 animando eventos en Colombia, Venezuela y Aruba, especialmente en la pequeña isla del Caribe holandés, que durante seis años la formó como una escuela para introducirse en el mercado estadounidense, le demostró que los arubeños son latinos que nacieron con pasaporte europeo.
Ella los hizo bailar con su estilo agresivo de tocar, el cual adoptó de los DJ hombres que ponían en tela de juicio su talento.

Con 13 años en el gremio musical, sigue eligiendo al público venezolano por encima de los demás y cada vez que recuerda su participación en fiestas con connacionales se le eriza la piel.

Fraternidad entre venezolanos

Estados Unidos es el país de las oportunidades, al menos así lo consideran los músicos entrevistados porque en Venezuela, según ellos, no hay más de cuatro productoras que organicen eventos de mayor envergadura. Para su sorpresa, la gente de la industria respeta la cultura y reconoce el trabajo de los venezolanos en Miami.

Armando Silva, quien eligió convertirse en DJ luego de ser un espectador recurrente de las rumbas caraqueñas, asegura que el mercado norteamericano es tan amplio que no hay cabida de envidia ni competencias entre paisanos. Para tener éxito en ese país o en otro es oportuno consolidar buenas amistades.


Armando Silva, de 28 años de edad y 4 años y medio tocando en público, eligió convertirse en DJ luego de ser un espectador recurrente de las rumbas caraqueñas


Silva se ha valido de tocar en espacios públicos de Estados Unidos sin tener un manager y comparte con exponentes del género como Joe Daniels y Tony Guerra, suerte que no tienen muchos venezolanos indocumentados en esa latitud, que deben conformarse con ejercer algún oficio que les permita ahorrar para sus equipos de sonido y unos minutos en el estudio.

Asimismo, los criollos como Xuxa, que probaron suerte en Venezuela, alegan que en su propia tierra se impone el rechazo a los que creen que pueda ser una amenaza o competencia.

La música es el lenguaje universal, une a personas sin importar la cultura, tendencias políticas e idiomas, eso queda evidenciado con los disc jockey que todavía ven a Venezuela como el lugar al que quieren regresar al menos para visitar Cata, en Aragua.


Con 13 años en el gremio musical, Xuxa Borges sigue eligiendo al público venezolano por encima de los demás


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