Los venezolanos asalariados son los más afectados por el aumento del precio del dólar y el diferencial entre la tasa oficial y la paralela; mientras, los comerciantes dicen que también deben sacrificar ganancias o reducir sus ventas como parte de su estrategia para mantener sus negocios a flote
«Estamos casi en la ruina», lamenta Rosa Lozano, una de las vendedoras que esperaba clientes en su puesto de alimentos en el mercado Guaicaipuro, en Caracas. Era un miércoles en la mañana y los pasillos permanecían desolados. Aunque, como cada día, la mayoría de los negocios subieron sus santamarías a muy tempranas horas, a las 9:00 a.m. solo una usuaria se paseaba por el piso inferior de este recinto comparando precios para decidir qué comprar.
«Así como ves el pasillo, está casi siempre. Lo que pasa es que uno tiene clientes fijos», comenta la vendedora de víveres. El aumento de la brecha cambiaria complicó más la difícil situación de los comerciantes, y la realidad de Rosa no es diferente de la de la mayoría. Para levantar un poco las ventas ofrece productos artesanales, como tortas; sin embargo, considera que mantener su negocio cada día es más difícil. «Vamos sobreviviendo», afirmó.
Solo en el mes de octubre el dólar oficial aumentó su valor en aproximadamente 15 %, mientras que la divisa en el mercado paralelo subió un 19 %, lo que generó una brecha que en algunos casos superó el 20 %, y se mantiene durante los primeros días de noviembre.
Vamos a ver hasta dónde podemos. ¿Qué más vamos a hacer?
Rosa Lozano, comerciante
Cerrar su local no es una opción, hasta ahora, para Rosa, pero está consciente de que las deudas aparecerán todos los meses, venda o no. «Lo que yo siempre digo es ‘vamos a ver hasta dónde podemos’. ¿Qué más vamos a hacer? (…) Igual hay que pagar condominio, a la Alcaldía, a los empleados», comentó.
Para sortear la brecha cambiaria, la comerciante intenta comprar la mercancía en locales en los que pueda pagar a tasa oficial, pero buscar opciones para perder menos dinero es una ardua tarea que debe realizar todas las semanas. Explica que los mayoristas cobran menos por los productos cuando los pagan en dólares; sin embargo, cada día recibe menos divisas en su negocio, por lo que debe resolver con los bolívares que obtiene.
«Tengo un mes que no recibo ni un dólar. Están desaparecidos», señaló. Lozano considera que esta situación tiene que ver con la incertidumbre de la población con relación al aumento de la tasa de cambio.
Pedro González*, otro vendedor del mercado Guaicaipuro, considera que las personas no quieren gastar sus divisas porque ahorran para salir del país tras la crisis política postelectoral. «Si esto sigue en enero, muchas más personas se van a ir del país», supone.
Primero pregunto a cuánto recibe el dólar. Si es al oficial, hay negocio; si no, no compro
Pedro González, comerciante
González enfrenta la misma situación que Lozano. Para evitar pérdidas, compra a tasa oficial en Quinta Crespo, en el centro de Caracas, ya que sus ventas las debe fijar por el monto establecido por el Banco Central de Venezuela (BCV). «Primero pregunto a cuánto recibe el dólar. Si es al oficial, hay negocio; si no, no compro», comentó a El Pitazo.
Este comerciante explica que elevar el precio de su mercancía no resulta factible, pues en lugar de aumentar sus ingresos, se reduce la cantidad de compradores. «Tenemos que mantener los precios todo lo que podamos para seguir vendiendo. Pero este mercado siempre está solo. Aquí cada quien sobrevive por sus clientes fijos», señaló.
Con respecto a las compras, asegura que las personas comparan y planifican para rendir sus presupuestos, por lo que optan por presentaciones más pequeñas, marcas de menor precio y solo los productos más esenciales. Los granos, por ejemplo, ya no los compran en presentaciones de un kilogramo porque no se venden, y aun así, dice que le cuesta vender los paquetes de 400 y 500 gramos.
Aumento de la brecha
A finales del mes de septiembre terminó la relativa estabilidad que tenía el tipo de cambio, sostenida por la inyección de divisas al mercado por parte del Banco Central de Venezuela (BCV). El 30 de ese mes el precio oficial del dólar se ubicó en 36,92 bolívares, rango en el que se mantuvo en los últimos 9 meses, y el paralelo en 43,78 bolívares, una diferencia de 18 %, que fue aumentando hasta empujar el precio de la divisa también en el mercado oficial.
Un mes después, el 30 de octubre, el precio del dólar oficial era de 42,56 bolívares, mientras que el paralelo cerró en 52,30 bolívares. Para el jueves 7 de noviembre, el valor fue de 44,18 bolívares por dólar oficial, mientras que el paralelo se ubicó en 52,41 bolívares.
La distorsión en el mercado cambiario genera incertidumbre para los negocios, que deben buscar alternativas para mantener sus ventas en medio de una economía en la que la mayoría de la población tiene reducido su poder de compra debido a los bajos ingresos que perciben. El ajuste de precios es una de las medidas a las que deben recurrir los comerciantes para garantizar la continuidad de su actividad, pero, como indicaron los comerciantes consultados, no siempre es la solución.
Tenemos que mantener los precios todo lo que podamos para seguir vendiendo
Pedro González, comerciantes
Si bien en muchos casos este sector ha sido acusado de especular con los precios para aumentar su margen de ganancias, el Consejo Nacional del Comercio y los Servicios (Consecomercio) los defiende. «El comerciante, que está señalado, tiene que buscar soluciones para su subsistencia, pero también para reponer el inventario y continuar con la dinámica comercial que trae», dijo hace una semana el presidente de este organismo, Gustavo Valecillos.
En rueda de prensa, Valecillos reconoció que el incremento de la brecha cambiaria sí afectó a los comerciantes, y afirmó que existe preocupación entre las autoridades del BCV.
La firma Ecoanalítica estima que este escenario se mantendrá en lo que queda de año, con una perspectiva para el cierre de 2024 de un dólar oficial en 48,2 bolívares, y de 58,2 bolívares en el mercado paralelo. Asimismo, espera que para 2025 el Ejecutivo piense en una estrategia para la reducción de la brecha.
El comerciante, que está señalado, tiene que buscar soluciones para su subsistencia
Gustavo Valecillos, presidente de Consecomercio
Un consumidor más sensible
Los economistas de la firma Ecoanalítica explicaron en el foro de Perspectivas económicas 2025, realizado el pasado 6 de noviembre, que la realidad comercial venezolana ha cambiado en los últimos años, porque hay mucha más competencia, un consumidor que ahora es más consciente, sensible a los cambios de precios, que mide mucho más sus gastos debido al mermado poder adquisitivo.
«Vemos que los precios en dólares si bien se han ajustado al aumento de esta moneda, lo han hecho en una medida menor. La razón es que para las empresas no es posible asumir ese incremento tan importante debido a que saben que eso les va a jugar en contra por la alta competencia y probablemente un consumidor que no está dispuesto a pagar precios más elevados», dijo durante su intervención la economista Graciela Urdaneta.
Supuestas promociones para pagos en divisas, precios más altos en bolívares, aplicación de una tasa intermedia, la suma de un 16 % por concepto de IVA que antes se incluía en el precio final, y hasta el cálculo en euros son algunos de los cambios que han observado los consumidores en el último mes.
El economista y director de Ecoanalítica, Asdrúbal Oliveros, aseguró que ante esta nueva realidad, los comerciantes deben evaluar mejor la estrategia para protegerse de la brecha cambiaria. En algunos casos implica reducir sus márgenes de ganancias, vender menos e incluso aumentar los precios, a pesar del riesgo que implica porque las personas no pueden pagar su producto.
Para las empresas no es posible asumir ese incremento tan importante de precios debido a que saben que eso les va a jugar en contra
Graciela Urdaneta, economista de Ecoanalítica
«Al final esto afecta a todo el mundo, pero las personas asalariadas son mucho más vulnerables», apuntó el economista.
Durante su participación en el foro, Oliveros señaló que los empresarios y comerciantes de alguna u otra manera se ven afectados por la situación, ya que se enfrentan a presión fiscal —que ha sido constantemente denunciada por los distintos gremios—, el aumento del costo laboral, la creciente competencia, el encarecimiento del crédito y un consumidor con limitaciones de ingresos. «Deben decidir si venden más perdiendo o cuidan su inventario y venden menos. No van a salir lisos», aseveró.
En ese sentido, los expertos de esta firma estiman que, si bien se verá un aumento de la inflación en el último trimestre del año debido a la brecha cambiaria, no será como la registrada en períodos anteriores, sino un incremento de precios más controlado que dependerá de la evolución de la economía en 2025.
Urge un cambio en la política económica
Los vendedores consultados por El Pitazo coinciden en que la solución a la crisis venezolana pasa por un nuevo Gobierno que ponga el foco en la política económica del país, pues reconocen que el problema es estructural y parte de la baja capacidad de compra de los venezolanos. «Si usted no tiene poder adquisitivo, ¿qué hace? La misma maroma que hacemos nosotros», dijo la comerciante Rosa Lozano.
Para Oliveros, la situación observada en las últimas semanas con relación al tipo de cambio es una advertencia sobre la necesidad de transformaciones en la política económica del país. «Si esos cambios no se dan de cara al próximo año, los niveles de inflación y devaluación pueden ser mucho más altos», declaró.
En este contexto en el que los economistas no observan una corrección del problema cambiario en el corto plazo, los comerciantes continúan buscando alternativas para mantener sus negocios y, al mismo tiempo, cumplir con sus obligaciones fiscales y laborales sin resultar severamente afectados.
Deben decidir si venden más perdiendo o cuidan su inventario y venden menos. No van a salir lisos
Asdrúbal Oliveros, economista y director de Ecoanalítica