Yesica y Catalina son dos muñecas danzantes que han acompañado a un grupo de venezolanos en su travesía por Suramérica y Centroamérica, y en la frontera de México con Guatemala, donde quienes las manejan usan su baile para sobrevivir en la ruta migratoria.
Para realizar esta danza, usan alrededor de unos ocho palos de manera y tubos de plástico que se amarran a los pies de Yendri Pérez y las dos muñecas que llevan alegría a sus compatriotas.
Este migrante, de unos 30 años, era camillero en Venezuela, pero migró a Colombia y fue en ese país que empezó con esta actividad para subsistir y avanzar en su tránsito a los Estados Unidos.
“Nosotros venimos en una lucha porque queremos un mejor futuro y esto es lo que hacemos para seguir adelante y le da a uno motivación”, indica a EFE.
El migrante recorrió al menos ocho países desde Venezuela a México con sus muñecas danzarinas que lo han acompañado en toda su travesía; y llevan mensajes de fortaleza y esperanza a los migrantes que, como él, cruzan los países para llegar a Estados Unidos.
Wilson Farías González, otro compatriota venezolano, lleva una bocina para acompañar a las muñecas y ganarse un dinero para comprar sus alimentos y seguir su tránsito.
“Lo hacemos para que la gente se sienta orgullosa y sacarle ese rumor que lleva, la alegría y sonrisa que se siente. Yo trabajo en pintura y con el presidente (Nicolás Maduro) todo se fue a nada, nos tocó salir del país”, relata.
Estos migrantes y sus muñecas llevan un mes en su travesía desde Colombia hasta la frontera de México con Guatemala, donde ahora llevan su espectáculo a cientos de migrantes que están varados en Suchiate; además de algunos comercios y espacios públicos para ganar algo de dinero.
EFE