La organización no gubernamental Proiuris publicó Mujeres dejadas atrás, un informe realizado a lo largo de casi dos años y que refleja el impacto de la crisis en los derechos humanos de las mujeres venezolanas.
El estudio se desarrolló en 21 comunidades, pertenecientes a 10 estados del territorio nacional. También analizó estadísticas y documentó los casos de 94 personas para, finalmente, seleccionar 33 casos de mujeres adultas, de tercera edad y adolescentes residentes en Venezuela, todas con miembros de su grupo familiar en el extranjero.
Mujeres dejadas atrás muestra tres necesidades insatisfechas presentes en este grupo de mujeres. El 55 % de ellas señaló el bajo poder adquisitivo como la primera de ellas, que les impide acceder a servicios y bienes esenciales. La segunda es la salud mental: 22 % de las encuestadas explicó que sufren episodios de estrés, ansiedad y depresión, detonados por la separación del núcleo familiar.
La tercera necesidad no cubierta es la salud física, señalada por el 15 % de las encuestadas. Esta imposibilidad se refiere al difícil acceso a diagnósticos o tratamientos preventivos y paliativos. En el caso de las adolescentes, está vinculada a la salud sexual, reproductiva y a la higiene menstrual.
Una de las conclusiones de este informe es que el éxodo masivo ha expuesto a las mujeres que se quedaron en Venezuela a una sobrecarga de responsabilidades y a la vulneración de sus propios derechos humanos. Gran parte de ellas se ha visto empujada a la pobreza o a la economía informal (en el caso de las mujeres adultas), a limitaciones en el desarrollo de su carrera o estudios (en el caso de las más jóvenes) y a que hayan quedado a cargo de sus nietos o totalmente solas (caso de las mujeres de la tercera edad).
El informe está disponible en la página web de Proiuris, y puedes leerlo aquí.