“Me tocó dormir en un colchón al lado de la basura”. Así comienza el testimonio de un migrante venezolano que decidió contarle a Voz de América por qué prescindió de su lugar en el refugio que le asignaron para dormir en las calles de la ciudad de Nueva York.
El migrante, cuya identidad ha sido reservada, comenta que llegó solo y lo enviaron a un lugar parecido a una cárcel. “No es una cárcel, pero su apariencia es mala y las personas también. No es un ambiente sano; preferí salir y dormir en las calles”, aclaró.
Y, aunque les explicó a las autoridades la situación, dijeron que no podían hacer nada al respecto.
En Nueva York, la población de migrantes sobrepasó el número de desamparados. Datos de la alcaldía de esta ciudad estiman que hay al menos 50.000 migrantes recién llegados haciendo vida en la ciudad bajo su cuidado.
Venezolanos entre los migrantes que tienen días durmiendo en las orillas del Rio Bravo
Los organismos oficiales también calculan que la cantidad de migrantes en la ciudad aumenta a razón de 200 por día, que llegan desde los estados fronterizos. Así aumenta también el número que deambula por la ciudad sin refugio.
Pero otros activistas, como Mónica Tavárez, afirman que la cifra es mucho mayor. «Estamos hablando de más de 75.000 migrantes en Nueva York que están varados, sin un plan migratorio nacional», comentó la vocera de la organización Artists, athletics activists.
Ante esta situación, el alcalde Eric Adams ha solicitado una audiencia para decidir sobre la Ley de derecho a refugio, una normativa de 1981 que obliga al gobierno local a dar cobijo a quien lo solicita. La audiencia fue diferida para el 19 de julio.
En distintas entrevistas, el alcalde Adams apunta a que el gobierno local ha gastado cerca de 1.000 millones de dólares para brindar albergue, alimentación y servicios médicos básicos a los miles de migrantes que han llegado a la Gran Manzana desde julio de 2022.