La aparente recuperación económica del año anterior se estrella con obstáculos como la inflación y la ausencia de crédito bancario. Con tarjetas de crédito que poseen un límite de aproximadamente 20 dólares, poco sueñan los venezolanos con equipar sus apartamentos con línea blanca, pedir un crédito para comprar un automóvil o un nuevo hogar.
Esto se debe a que la cartera crediticia, según datos de Ecoanalítica, no supera el 1.5% del Producto Interno Bruto (PIB), siendo la más baja de América Latina.
“En la práctica no hay crédito”, comentó el economista Alejandro Castro en una entrevista concedida a Voz de América. “Actualmente, la cartera crediticia de Venezuela ronda los 1.000 millones de dólares. Mientras tanto, la de Colombia oscila entre los 15 y 20 mil millones de dólares. Esto quiere decir que, si Venezuela quiere alcanzar estos niveles, debe aumentar 15 o 20 veces el valor de su cartera”, agrega el especialista.
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Existen, sin embargo, opciones privadas de financiamiento para artículos como ropa, calzado y electrodomésticos baratos. Una de ellas es Cashea, aplicación que permite comprar a cuotas y sin intereses siempre que el monto se mantenga entre $50 y $250. Sus fundadores explicaron a Voz de América que está dirigida a personas con un sueldo entre los $100 y los $400.
Pero su uso también es limitado, pues depende de la señal móvil y el servicio de internet local, estimados entre los peores de la región latinoamericana.
Mientras tanto, el Banco de Venezuela ofrece en su página web los microcréditos, destinados a usuarios del sistema microfinanciero “destinados a financiar actividades de producción, comercialización o servicios”.
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