Caracas.- El asedio a la Embajada de Argentina en Caracas continúa. Los 6 opositores que se encuentran asilados denunciaron que desde el 23 de noviembre la sede diplomática se encuentra sin servicio eléctrico.
Según denuncia uno de los asilados, que esta vez prefirió el anonimato, el corte de electricidad fue ejecutado por trabajadores de Corpoelec: retiraron los tres fusibles principales que alimentaban de energía a la sede diplomática.
«Vienen y quitan los tres fusibles principales que suministran toda la electricidad a la Embajada de Argentina. En la tarde de hoy (11 de diciembre), se cumplen 19 días sin electricidad. Esto nos pone en una situación crítica porque no podemos salir; si no entra el agua no podemos salir a buscar agua, si no hay luz no podemos ir a resolver nada afuera», declaró a El Pitazo.
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Los asilados en la Embajada de Argentina en Caracas han dependido de una planta eléctrica, pero su capacidad es limitada y no suple las necesidades totales de energía, solo permite el funcionamiento de algunas lámparas, neveras y electrodomésticos básicos y gran parte de la embajada está sin electricidad. “Ya una de las neveras está fallando y en la otra guardamos los alimentos”, señaló el denunciante.
La situación se agrava por el bloqueo de camiones cisterna, que tradicionalmente abastecían el tanque de agua de la embajada. “El agua aquí está muy restringida; siempre llega un día a la semana en poca cantidad. Por ello, esta embajada, desde nuestra llegada, se abastecía con dos cisternas semanales. Esto también dejó de suceder hace varias semanas, ya que no permiten la entrada de los camiones cisterna, lo que nos ha dejado con un suministro de agua limitado», concluyó.
La Cancillería de Argentina, bajo el gobierno de Javier Milei, exigió el 7 de diciembre la entrega inmediata de salvoconductos para garantizar la salida de los asilados. Por su parte, la Plataforma Unitaria Democrática (PUD) denunció el asedio como una violación grave de los derechos humanos y pidió mayor presión internacional.
Los asilados, entre ellos Pedro Urruchurtu, Magali Meda, Omar González, Claudia Macero, Humberto Villalobos y Fernando Martínez Mottola enfrentan órdenes de detención por acusaciones de conspiración y traición a la patria. Entretanto, permanecen atrapados en un entorno de amenazas, sin servicios básicos y con patrullas que refuerzan el cerco sobre la sede diplomática.