Caracas.- Tres de los seis miembros del equipo de María Corina Machado que se encuentran refugiados en la embajada argentina en Caracas, resguardada por Brasil, dieron este 14 de diciembre una conferencia telemática con distintos medios de comunicación nacionales e internacionales para dar detalles sobre la situación que están viviendo.
Magali Meda, Pedro Urruchurtu y Omar González insisten en que la situación ha ido escalando durante los nueve meses en los que han estado bajo el resguardo de Argentina y Brasil; sin embargo, actualmente «el asedio se ha ido agravando».
Urruchutu agradeció a los gobiernos de Argentina y Brasil por las diligencias y la preocupación que han manifestado durante todo este tiempo; sin embargo, considera que existe la necesidad urgente de que se haga más.
Fundación SILC otorga premio Peter Götell a opositores asilados en la Embajada de Argentina
«La bandera de Brasil nos arropa, nos protege (…) Lula, sabemos que es una persona demócrata, que ha manifestado su preocupación por el tema Venezuela en los tiempos recientes, que entiende perfectamente lo que está pasando, sabemos que le ocupa», expresó. Sin embargo, destaca que aunque dicho país ha hecho las gestiones correspondientes, no se ha podido desplegar localmente desde su embajada en Caracas para cuidar las relaciones entre Estados.
Tomando en cuenta de que se trata de una situación de emergencia, cree que Brasil tiene que asumir el tema con la urgencia del caso: «Entendiendo que esta es una situación que en cualquier otro país del mundo y en cualquier otra dinámica es inaceptable (…) a Brasil pedirle mucho más sentido de urgencia; redoblar esfuerzos en coordinación con la región y entender que esta situación puede empeorar. Por eso demando la atención de la región «.
Francotiradores, acoso y zozobra
Durante su intervención, Omar González denunció que el acoso y el hostigamiento han ido escalando en los últimos nueve meses. «Nunca se nos permitió ni asomar la nariz fuera de la sede diplomática, pero esto se ha ido agravando», dijo.
Aseguró que ahora se le prohíbe el ingreso a familiares, por lo que tienen meses sin verlos: «No entra nadie sin la autorización de las policías del régimen de Nicolás Maduro. Ahora ni los empleados de mantenimiento».
Pero detalló que lo más grave «es el asedio de agentes de seguridad, ahora han convertido el vecindario en madrigueras de centros de espionaje y de francotiradores. Hemos podido observar a agentes de seguridad con los rostros cubiertos con pasamontañas, con fusiles de asalto (…) AK45 con mira telescópica».
«Esto es parte de la tortura que estamos recibiendo por luchar simplemente por la democracia», prosiguió.
Políticos opositores y disidentes del chavismo piden a Maduro liberar a presos políticos
A esto, Urruchutu agrega que la situación que viven les trae «un estado de zozobra permanente«. Asimismo agrega que han tenido poco contacto con otras misiones diplomáticas y con otros países con representación local «porque obviamente, tenemos información (…) de que han sufrido amenaza».
Preocupados por detención del empleado
Meda detalló que un empleado de la embajada argentina en Caracas fue buscado a las 5:00 pm del viernes 13 de diciembre y desde ese momento «no se sabe ni siquiera donde está». Afirmó que esto «es parte de la amenaza constante contra empleados» de esa sede diplomática.
«La desaparición de este empleado nos tiene muy preocupados porque nadie sabe dónde está (…), hay mucha angustia», señaló Meda en rueda de prensa telemática, en la que reiteró que los trabajadores del inmueble, que han sido «profundamente valientes y responsables con sus funciones», han recibido «amenazas tanto ellos como sus familias».
¿Cómo sobreviven?
Magali Meda sostiene que todo lo que viven «es muy fuerte, porque es una sensación constante, diaria». Recordó que tienen tres semanas sin servicio eléctrico y no pueden ir a otro sitio a buscarlo.
Reitera que se trata de un proceso «muy desgastante, sobretodo en las madrugadas, y sobretodo cuando se les ocurre presentarse armados, en camionetas, encapuchados, haciendo ruido, como una sensación de que van a entrar».
Agregó que ante toda esa situación, ellos se han organizado como un equipo, hacen guardias y mantienen una rutina de racionamientos por la escasez que viven.
Urruchutu añade que han hecho un plan de racionamiento, que si bien afecta su dinámica diaria, es la única forma que tienen de garantizar que podrán tener electricidad y agua algunas horas del día así como los alimentos necesarios para comer.