Omar Prieto es de los radicales del Partido Socialista Unido de Venezuela (Psuv) y de los que le gusta imponer su voluntad. Llegó a la Gobernación de Zulia en diciembre de 2017 vengándose de sus detractores políticos: desde ordenar el cierre de algunos negocios de la familia del opositor Juan Pablo Guanipa, hasta señalar de corrupción a su antecesor camarada chavista Francisco Arias Cárdenas.
La Oficina de Control de Bienes Extranjeros (Ofac) del Departamento del Tesoro de Estados Unidos lo incluyó este lunes en la lista de funcionarios del gobierno de Nicolás Maduro que están sancionados. Lo castigaron por estar involucrado en corrupción y en el bloqueo de la entrada de la ayuda humanitaria, lo que agrava la crisis en el país, según aseguró la institución norteamericana.
Y aunque Paraguachón, norte del estado Zulia y frontera de Venezuela con Colombia, no es uno de los puntos fijados por el Parlamento nacional para que ingrese la ayuda humanitaria, ya Omar Prieto había advertido que la entrada no sería posible, porque para él es sinónimo de “invasión”.
Amenazó -a principios de febrero- a los dirigentes opositores con buscarlos en sus casas si algo entraba. “El pueblo se va a alzar… En cualquier momento el pueblo chavista se va a hartar, pero de ellos y, no vamos a ir precisamente para la alcaldía, vamos a ir para donde viven ellos (los opositores) porque si los gringos vienen a poner una bota aquí, primero tenemos que buscar a los traidores“.
Prieto no manifiesta aún alguna posición sobre las sanciones en su contra. Su equipo de medios convocó para una rueda de prensa para este martes, pero fue suspendida.
Mentor «traidor»
Prieto, un economista de 49 años, obtuvo su primer cargo de elección popular en las parlamentarias de 2005, cuando resultó electo como diputado suplente de Rodrigo Cabezas, ex ministro de Finanzas del fallecido Hugo Chávez, a quien conoció cuando estudió Economía en la Universidad del Zulia y quien fue su mentor político hasta que Diosdado Cabello, considerado número dos del chavismo, apadrinó su candidatura para la Gobernación de Zulia en las elecciones de diciembre de 2017.
Su designación tomó por sorpresa a un ala del Psuv en el Zulia, que esperaba que Arias Cárdenas fuera el postulado a unas nuevas elecciones de gobernador luego de que el Consejo Legislativo del estado Zulia destituyera a Juan Pablo Guanipa, gobernador electo, por no juramentarse ante la Asamblea Nacional Constituyente (ANC).
Fue el propio Diosdado Cabello en su programa “Con el mazo dando”, quien anunció que Prieto era el candidato del Psuv. Desde allí, se acrecentó el distanciamiento con Rodrigo Cabezas, a quien hoy Prieto considera un “traidor” y un “transexual ideológico” luego de que éste se reuniera con Juan Guaidó, jefe del Parlamento, y le hiciera propuestas para salir de la crisis política en compañía de otros ex ministros de Chávez.
La segunda vez que Prieto optó por una curul en la Asamblea Nacional fue en 2015, cuando lideró la lista de las candidaturas por el Psuv en Zulia. Ganó, pero al enterarse de que los resultados no favorecían al partido socialista, prefirió renunciar y quedarse como alcalde de San Francisco, municipio que gobernó desde 2008 hasta 2017.
Está casado, tiene tres hijos y es celoso de su vida personal. Es evangélico, pero ello no le impidió participar en las celebraciones religiosas en honor a la Virgen de Chiquinquirá.
«Guerra sucia»
Desde sus días como alcalde y, sobre todo, en la corta campaña para competir por la Gobernación zuliana en 2017 contra el opositor Manuel Rosales, se queja de que le hacen “guerra sucia” por vincularlo con mafias de delincuentes en su municipio.
Prieto se trajo para puestos claves en la Gobernación a varios funcionarios de su confianza de la Policía Municipal. De estos, Luis Curiel está detenido por presuntamente estar involucrado en el sicariato del jefe de la Dirección de Inteligencia de la Policía del estado Zulia (Diep) y el otro, Danilo Vilchez, fue destituido en agosto de su cargo como Secretario de Seguridad por el ministro de Interior, Justicia y Paz, Néstor Reverol.
A Luis Curiel, Prieto lo designó como jefe de la Diep y el ministro Reverol ordenó en agosto su sustitución por el comisario Benito Cobis, a quien asesinaron en octubre. Las investigaciones del Cicpc apuntan a que el funcionario cercano a Prieto es el autor intelectual.
El móvil no está claro. Lisandro Cabello, secretario de Gobierno de la Gobernación de Zulia, dijo el mes pasado que «era un problema de drogas«. También dijo en noviembre que Curiel “se había desviado y quienes se desvían deben pagar las consecuencias de sus actos”, sin señalar o no su culpabilidad.
Tensa relaciones con los empresarios
Prieto mantiene una figura de hombre fuerte y temerario. Cuando asumió el Ejecutivo regional prometió acabar con las mafias que operaban en Las Pulgas, un mercado marabino donde existe la reventa ilegal de medicamentos, alimentos, efectivo, divisas y que las autoridades regionales y municipales anteriores no pudieron controlar.
Ocho meses después de haber asumido el gobierno, intervino Las Pulgas y desalojó a decenas de cientos de buhoneros en un procedimiento que se esperaba violento, pero que por el contrario, resultó ser pacífico.
Su relación con el sector empresarial formal no es muy buena. Denuncia el acaparamiento y la especulación de quienes producen y comercializan alimentos y bienes en el estado, y eso ha valido para amenazar, incluso con cárcel, a empresarios, productores y hasta carniceros.
Cuando en noviembre se agudizó la escasez de carne de res, ordenó la intervención de los mataderos en el estado y la venta de 30 por ciento del ganado que se beneficie a precio preferencial para su gobierno, cuya mercancía vende en supermercados aliados y jornadas populares.
Tres meses antes, en agosto, amenazó con quitarles la licencia e incautar las propiedades a los empresarios que se sumaran al paro convocado para el 22 de agosto de 2018 por la oposición. “Nosotros no somos empresarios, somos el gobierno bolivariano: empresarios que quieran meterse en la política les vamos a responder como políticos. El que venga a atacar las políticas del presidente Maduro tendrá una respuesta contundente. El que haga guarimbas y destrozos no sólo le retirarán las licencias, también se le incautarán propiedades”, dijo entonces.
Su radicalismo no le permite convivir con un presidente diferente a Nicolás Maduro, y en caso de que Juan Guaidó logre un gobierno de transición, ya adelantó lo que haría: «Hemos tenido como cinco gobernadores que han promovido la separación de Zulia contemplada en varios artículos de la Constitución; y si se formara un eventual Gobierno de transición, ya sabemos lo que tenemos que hacer, porque las mayores reservas de petróleo están aquí, así como las mejores tierras para la agricultura y hasta oro y diamantes hay en la cuenca del lago”.