Caracas.- Un panel de expertos de la Organización de Estados Americanos (OEA) solicitó a la Fiscalía de la Corte Penal Internacional (CPI) emitir órdenes de aprehensión contra quienes han cometido crímenes de lesa humanidad en Venezuela. La petición fue hecha este 3 de mayo durante un encuentro denominado Buscando La Verdad, en el que víctimas dieron crudos testimonios sobre las torturas que sufrieron por los cuerpos de seguridad del Estado venezolano.
Jesús Alemán y el capitán Luis de la Sotta explicaron detalladamente ante la audiencia los golpes y las violaciones a sus derechos a manos de funcionarios del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin) y de la Dirección General de Contrainteligencia Militar (Dgcim). Asimismo, resaltaron que sus casos no siguieron los cauces del debido proceso.
«El Panel ha concluido que Venezuela no cumple sus obligaciones en cuanto a la rendición de cuentas. La intervención de la Fiscalía de la CPI es esencial para que se puedan judicializar los delitos y los crímenes de lesa humanidad que suceden en Venezuela», indicó quien fue asistente del Fiscal en la CPI y asesora de organizaciones internacionales de derechos humanos, Joanna Frivet.
Asimismo, aseguró que con urgencia la Fiscalía de la CPI debe involucrarse profundamente para examinar la naturaleza de estos delitos constantes y abrir investigaciones en contra de personas específicas.
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Por su parte, el exjuez de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y miembro del Panel de Expertos Internacionales Independientes, Manuel Ventura, dijo que lo peculiar de este caso es que es en contra de un jefe de Estado y que las víctimas son los propios testigos.
“Esto no es usual en materia de derechos humanos. (…) Los tribunales internacionales de derechos humanos pueden condenar a un Estado por haber violado un convenio internacional. El primero de la lista es Nicolás Maduro. Esto marca una nueva etapa en la OEA”, indicó.
Venezolanos dan sus testimonios
Jesús Alemán, expreso político, relató que en 2018 fue secuestrado por funcionarios del Sebin, quienes lo golpeaban y torturaban con descargas eléctricas en la espalda y el tórax. “Después de cada golpe, como se reían y disfrutaban el momento. Sus risas también eran tortuosas”, detalló entre lágrimas.
Conmovido contó que cuando estuvo preso se enfermó de escabiosis y hongos, incluso llegó a verse los tendones de los dedos de sus pies. “La carne de mis dedos se caía a pedazos. Me negaron asistencia médica. Había más de 40 casos de tuberculosis. En la noche me llegaron a echar gas lacrimógeno”.
Olga González, viuda de Leonardo González, asesinado en las protestas de 2017, tuvo un espacio para expresar que va a seguir luchando por cada uno de los venezolanos víctimas de represión, aunque tiene miedo de lo que le pueda pasar en Venezuela porque protestar es considerado un delito.
“Yo me regreso a Venezuela, yo vivo allá, y no tengo intenciones de irme. No sé qué va a pasar conmigo cuando regrese, confieso que me da miedo, porque todos sabemos los horrores que se viven en las cárceles. Pero a pesar del miedo, no esto dispuesta a callar”, expresó al solicitar que la CPI continúe las investigaciones de crímenes de lesa humanidad.
Otro de los que contó parte de los crímenes de lesa humanidad a los que fue sometido, por parte de funcionarios de la Dgcin, es Nixon Lean. Aseguró que lo desnudaron, le esposaron las manos y un hombre le dio golpes en el estómago y lo ahorcaba por lapsos de tiempo.
Además, recordó que fue uno de los primeros civiles procesados ante una corte militar y que en ese momento, Tareck El Aissami, vicepresidente del gobierno, lo señaló en cadena nacional como terrorista peligroso.
El capitán Luis de la Sotta también fue parte de los venezolanos que dieron sus testimonios ante el panel de expertos de la OEA. Denunció que lo llevaron a un sótano, lo esposaron fuertemente con las manos hacia atrás, le cubrieron el rostro y cabeza con una carpeta de manila y cinta de embalar.
“Me introdujeron en un cuatro de 2×2 totalmente oscuro, cuatro funcionarios de la Dgcim me torturaron física y psicológicamente durante 4 días. Me asfixiaron en reiteradas ocasiones con bolsas plásticas, hasta provocarme sangrado en la nariz”, detalló.
El hermano de Ronald Ojeda, Javier Ojeda, destacó que el teniente fue asesinado por un grupo de delincuentes a las órdenes de autoridades venezolanas. Precisó que el militar tenía conocimiento de la estructura jerárquica de las mafias militares que contrabandeaban gasolina, medicinas, medicamentos y drogas a países vecinos de la región.
Ojeda también explicó cómo fue tratado su hermano y sus familiares cuando estuvo detenido en Venezuela: «Hubo daño psicológico a los familiares. Fuimos víctimas de violaciones a nuestros derechos humanos. En contra de las esposas de los militares se realizaron actos completamente grotescos, las desnudaban y les tocaban sus partes íntimas cuando iban a llevarles alimentos y visitarlos».