El día de las elecciones de la Federación Venezolana de Fútbol (FVF), integrantes de la plancha de Laureano González conversaban con los votantes y les hacían regalos, cuentan testigos. Todo ocurría ante la mirada del ministro del Deporte, Pedro Infante, quien también figuraba como vicepresidente en la plancha de González —federativo que como segundo al mando asumió la presidencia interina del ente tras el arresto de Rafael Esquivel por corrupción. La escena resume los meses previos a los comicios, que estuvieron repletos de denuncias de irregularidades e ilegalidades.
Laureano González ganó, con 123 votos. Desde entonces, 21 de marzo de 2017, el ministro del Deporte (y miembro de la comisión de deportes del PSUV) es también vicepresidente del organismo que rige el fútbol local. Su postulación fue posible gracias a un cambio de última hora en los estatutos de la FVF, el 13 de enero de 2017. En Asamblea General Ordinaria se modificó el artículo 68, inciso F, de los estatutos de la federación, que ahora permite a personas relacionadas al fútbol local “ocupar cargos en la administración pública sin impedimento alguno». Así, la federación legalizó la injerencia gubernamental en el ente deportivo.
Ante los hechos, el periodista deportivo y exfutbolista profesional Tony Carrasco, uno de los candidatos a la presidencia del ente, impugnó las elecciones. Lo hizo primero ante la FVF, que ignoró su petición. Acudió entonces al Tribunal de Arbitraje del Deporte (TAS), en Suiza, para apelar el proceso. Su declaración fue admitida, y el organismo fijó el pago de 44 mil francos suizos para el desarrollo del juicio; la mitad debía ser consignada por el demandado, la FVF, y la otra por él. Sin posibilidades de asumir el costo, Carrasco solicitó a Mindeporte el trámite de divisas para “casos especiales”, como estipula la providencia N° 012 de Cencoex. Su petición nunca fue contestada.
LÍNEA DEL TIEMPO | Mindeporte evitó impugnación de elecciones de la FVF
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