Caracas.– El exdiputado opositor venezolano Marco Aurelio Quiñones acusó este martes a Nicolás Maduro de tener un silencio cómplice con la actuación de «traficantes de vidas», en referencia a los casos de trata de migrantes venezolanos en el exterior.
En un mensaje de Twitter, posteriormente replicado en un comunicado, subrayó que la migración de venezolanos, que la ONU cifra en más de 5,6 millones de personas, se debe a que «han huido de la miseria endémica causada por un régimen que despilfarró los mayores recursos económicos en la historia de Venezuela y ahora que no tiene cómo enfrentar el resultado de todos sus errores, mira en silencio cómplice cómo los traficantes de vidas actúan», destacó.
En este sentido, consideró que el tráfico humano es el tercer negocio ilícito más lucrativo en el mundo, mientras que la difícil situación política y económica de Venezuela convierte a sus ciudadanos «en terreno fértil para esta nefasta industria». «Solo un cambio de modelo educativo, político, económico y social puede acabar con esta desgracia», concluyó.
En otro comunicado, en el que citan un informe publicado por la Universidad Católica Andrés Bello (Ucab), aseguran que casi un cuarto de los migrantes venezolanos en Trinidad y Tobago, Panamá, República Dominicana, Costa Rica y Guyana han sido víctimas de esclavitud moderna y abuso laboral.
«Se tiene información de personas venezolanas que han sido llevadas al exterior, los tratantes emplean las redes sociales (Facebook e Instagram) como vía de captación, contactan directamente a las víctimas y les ofrecen empleos como cuidadoras, de atención al cliente, aprender idiomas y cursar estudios en el extranjero», recoge el comunicado acerca del informe de la Ucab.
Según la ONU, cerca de 5,7 millones de venezolanos se han marchado de su país en busca de un futuro mejor ante la crisis que vive la nación petrolera, una cifra que Quiñones elevó a siete millones sin facilitar datos de la fuente utilizada.
Colombia es el país que más migrantes ha recibido, cerca de 1,7 millones, seguido de Perú (1 millón) y Estados Unidos (465.000), según la plataforma regional de coordinación interagencial de la ONU.