Caracas. A diferencia de Hugo Chávez, Nicolás Maduro no lo pensó dos veces: resolvió excluir a Caracas del racionamiento eléctrico, al menos del oficial, es decir, de ese plan cuyo cronograma hizo público Corpoelec el jueves 4 de abril.
En febrero de 2010, el gobierno de Hugo Chávez decretó el «estado de emergencia» en el sector eéctrico e impuso el primer racionamiento eléctrico en el país.
La medida, sin embargo, duró sólo 24 horas en Caracas. El carismático barinés decidió dar marcha atrás al plan en la capital del país con las mayores reservas petroleras del mundo, bajo el argumento de fallas en su diseño.
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«Me he dado cuenta que ha habido un impacto no deseado en los cortes que se iniciaron el día de ayer en Caracas. He ordenado suspender los cortes eléctricos en Caracas, porque este gobierno tiene que ser capaz de reconocer errores cometidos y rectificar», dijo entonces Chávez.
Hoy, nueve años después, el presidente obrero decidió excluir a Caracas del plan de racionamiento (oficial) eléctrico, en medio de un creciente descontento de la población, alentado por una economía devastada por la hiperinflación y la escasez de alimentos, a la que se suma el colapso de los servicios públicos, entre ellos, el suministro de energía eléctrica.
El Observatorio Venezolano de Conflictividad Social registró en enero de este año 2.573 manifestaciones, cifra que equivale a 86 protestas diarias en todo el país.
¿Dónde ocurrieron el mayor número de protestas? Pues en Distrito Capital, que se colocó a la cabeza de la lista con 300 protestas.
Le siguieron Táchira (247); Trujillo (224); Bolívar (222); Mérida (208) y Miranda (204). Sin embargo, entonces no había ocurrido aún el apagón más largo de la historia de Venezuela (el del 7 de marzo), que dejó a oscuras, por más de 100 horas, a casi la totalidad del país.
Desde entonces, Venezuela registra una escalada de la protesta por falta de electricidad y agua nunca vista. El pasado 31 de marzo, cerca del Palacio de Miraflores, residentes de la avenida Sucre, en Catia, salieron a la calle a protestar para reclamar la restitución del servicio de electricidad.
Entonces, los habitantes de Caracas soportaban un quinto mega apagón en menos de un mes. La interrupción del suministro de energía eléctrica volvía a dejar a oscuras a casi la totalidad de Venezuela.
Quizá Maduro se haya dado cuenta que los residentes de las parroquias que conforman la ciudad de Caracas están preparados para muchas cosas, pero no para soportar más la ausencia prolongada de la luz.