Ginebra.- El gobernante Nicolás Maduro aseguró este lunes 22 de febrero que las sanciones internacionales contra funcionarios de su gabinete, incluyendo el bloqueo de activos en el exterior, están impidiendo que Venezuela ofrezca una mejor respuesta a la crisis social y sanitaria causada por el COVID-19.
En una intervención virtual en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, Maduro dijo que no puede acceder a 30.000 millones de dólares tras restricciones impuestas por EE. UU. y la Unión Europea, dinero que según él, serviría para cubrir las necesidades básicas de los venezolanos en medio de la pandemia.
“Los secuestradores de los activos y recursos del Estado venezolano han demostrado una gran crueldad, incluso en circunstancias de pandemia, desacatando los llamados de la comunidad internacional”, denunció ante el Consejo de Derechos Humanos (CDH).
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Es importante resaltar, que la alta comisionada de la ONU para los DD. HH., Michelle Bachelet, consideró anteriormente que las sanciones contra el gobierno de Maduro no son la forma más eficaz de propiciar una solución a la crisis en Venezuela.
Una misión de investigación creada por mandato del CDH y que trabaja bajo el amparo de la Oficina de Bachelet corroboró graves violaciones de los derechos humanos en Venezuela, incluyendo eventos que pueden representar crímenes contra la humanidad y de los que altos responsables del gobierno habrían sido cómplices.
En lugar de ello, Maduro denunció que las sanciones económicas se han incrementado y que ésta es la causa de la crisis humanitaria que padece Venezuela, así como también del éxodo de venezolanos.
Maduro prometió colaborar con el CDH, pero mantuvo su posición de rechazar “cualquier mecanismo inquisidor que pretenda usar la causa de los derechos humanos como herramienta política”.
Sostuvo que se trata de “provocaciones ideologizadas” que no perturbarán la colaboración que ha empezado su gobierno con la Oficina de Bachelet, que por ahora se limita a la presencia de un puñado de observadores que hacen un seguimiento de la situación desde dentro del país.
No obstante, el objetivo de Bachelet es establecer una oficina en Caracas, que pueda trabajar de forma independiente y con un alcance más amplio, lo que Maduro no acepta hasta ahora.