Caracas.- El opositor Leopoldo López continúa en la residencia del embajador español en Caracas, Jesús Silva Fernández, desde donde pudo comunicarse con su familia en España y transmitirle que se encuentra bien, según pudo saber EFE este jueves.
Fue una comunicación corta «vía telefónica», pero suficiente para saber que tanto él como su esposa, Lilian Tintori, y la hija de ambos, de 15 meses, están bien.
López y Tintori se encuentran en la residencia del embajador español como huéspedes, según explicó hoy en Jordania el ministro español de Asuntos Exteriores, Josep Borrell, quien precisó que el dirigente opositor «no está asilado».
«De acuerdo con la legislación española, las demandas de asilo se tienen que producir en territorio español; por lo tanto el señor López no está como asilado, está simplemente como un huésped de la embajada hasta que se aclare cuáles son los pasos a seguir», precisó el canciller español.
Borrell insistió en que López «no ha formulado una demanda de asilo, que además para formularla tendría que efectuarla desde el territorio español».
Sobre su situación también se pronunció hoy la vicepresidenta del Gobierno español, Carmen Calvo, quien recordó que López «primero fue a otra embajada» en Caracas (la de Chile) y luego decidió ir a la española, aunque no hubo «ningún aviso previo» y el Ejecutivo se enteró cuando el embajador llamó a España para comunicarlo.
Los padres de López, que viven habitualmente en España, poseen la nacionalidad española desde 2015, al igual que su hermana Cristina y su marido, Hernán Cifuentes, que la consiguieron en mayo de 2016.
López cumplía desde 2014 una condena de 14 años de prisión, aunque desde mediados de 2017 se encontraba en arresto domiciliario en Caracas, donde fue liberado el martes por un grupo de militares con un «indulto presidencial» del líder opositor Juan Guaidó, reconocido como presidente interino de Venezuela por más de cincuenta países, principalmente americanos y europeos como España.
Guaidó pidió el martes a la Fuerza Armada de Venezuela dar la espalda al gobernante Nicolás Maduro, pero solo un pequeño grupo de militares participó en el levantamiento, que fracasó a las pocas horas.
Líder de Voluntad Popular, López se entregó a las autoridades venezolanas el 18 de febrero de 2014, después de que un tribunal de Caracas ordenara detenerlo por instigar a la violencia como uno de los convocantes de una manifestación que terminó con tres muertos y decenas de heridos seis días antes.
La sentencia que lo condenó fue cuestionada por numerosas organizaciones internacionales e incluso el fiscal que dirigió la acusación reveló, tras huir de Venezuela, las presiones y maniobras del régimen de Nicolás Maduro para orientar la sentencia.