Caracas.– Una de las consignas más repetidas por el Gobierno venezolano, luego de la presidencial del 28 de julio, ha sido que “no practica la diplomacia del micrófono”. Esta afirmación, un dogma para el mandatario Nicolás Maduro, dista de las acciones que ha ejecutado el Gobierno en su política exterior. Las opiniones sobre la guerrilla y el narcotráfico colombianos no han faltado en sus respuestas cuando se le ha consultado por la postura reciente de Colombia sobre la situación de Venezuela.
Este 6 de septiembre, en una entrevista con El Pitazo, el internacionalista egresado de la Universidad Central de Venezuela (UCV) Lauren Caballero, analizó las declaraciones del oficialismo y explicó las intenciones que tiene al sostener este discurso ante Colombia y la comunidad internacional.
Maduro critica a canciller colombiano por opinar sobre Venezuela
El caso colombiano
Maduro ha reiterado que no emitirá opiniones sobre los asuntos internos de Colombia. “No lo voy a hacer jamás”, afirmó el 15 de agosto al responder ante los medios de comunicación, cuando se le consultó por la propuesta de repetición de las elecciones de Gustavo Petro.
Segundos después, Maduro hizo un recordatorio a su homólogo colombiano: “nosotros en privado hablamos muchos temas siempre”. Además, recalcó que es “el garante de las negociaciones de paz”, al hacer referencia a los diálogos entre el Gobierno y la guerrilla colombianos, quienes mantienen una guerra que, para el líder chavista, “está terrible”.
Caballero consideró que estas declaraciones son parte de una estrategia de amenaza y chantaje para intimidar a Petro. “El Gobierno venezolano repite que se reserva la posibilidad de revelar información de carácter privado”, indicó. Por el uso del conflicto interno en Colombia y la participación en los Acuerdos de Paz, concluyó que es “lamentable” la postura del oficialismo y deja “muy mal parado” al servicio diplomático de Venezuela en el exterior.
En esas mismas declaraciones, a mediados de agosto, Maduro aseguró que las relaciones con Petro estaban “bien”. Desde entonces, Colombia aún no ha reconocido su reelección, anunciada por el Consejo Nacional Electoral (CNE), sino que continúa exigiendo la publicación de las actas de votación y el Congreso de ese país le solicitó a la Corte Penal Internacional (CPI) emitir una orden de captura contra él.
Mantener un discurso
Los señalamientos de Maduro sobre la situación entre la guerrilla y el Ejecutivo colombiano han sido la continuación de otros señalamientos que ha hecho. Por ejemplo, justo el día después de ser proclamado por el CNE, con un boletín de resultados parciales y sin detalles, acusó al narcotráfico colombiano de ser el “financiador” de las protestas postelectorales y que, desde el país vecino, hubo fuerzas “terroristas” que viajaron a Venezuela para causar disturbios.
Sin embargo, el mandatario no es el único funcionario que ha dado sus opiniones acerca de los temas internos del país vecino. El canciller, Yvan Gil, se pronunció el 26 de marzo de 2024 para criticar la soberanía que tiene el Estado colombiano y reclamar por una supuesta “necesidad de complacer los designios” de Estados Unidos.
En esas declaraciones, que respondieron a la preocupación de la Cancillería colombiana sobre la limitación de inscripciones en las candidaturas presidenciales, el ministro oficialista criticó a su homólogo, Luis Murillo, por cometer una “grosera injerencia” en los asuntos de Venezuela.
Para Caballero, los representantes del régimen venezolano responden a una lógica delirante. “Están ensimismados en una realidad paralela que construyen y deconstruyen a su antojo, según las circunstancias”, agregó. Además, señaló que hay otra constante: la construcción de un enemigo externo.
“Un clásico de este tipo de Gobiernos (Cuba, Nicaragua y Venezuela) es el recurso a la retórica antiestadounidense. Al no poder explicar la tragedia ocasionada por las propias políticas, recurren permanentemente a una retórica que culpa al ‘imperialismo yankee’, añadió.
Honduras: un antecedente que reaparece
La gestión de la presidenta hondureña y aliada de Maduro, Xiomara Castro, está en una crisis política desde el 31 de agosto. Tras la confesión del exdiputado y cuñado de la jefa de Estado, Carlos Zelaya, de haberse reunido con un narcotraficante en 2013, este renunció a sus funciones. Dos semanas antes, el ministro de Defensa de Venezuela, Vladimir Padrino López, se había reunido con su homólogo hondureño e hijo del exparlamentario, José Carlos Zelaya.
Ante esto, Caballero subrayó la presencia de Padrino López en medio de la situación interna que vive Honduras y mencionó un antecedente. “Tampoco es que sea algo nuevo. En la era Chávez, el Gobierno venezolano impuso sanciones petroleras al gobierno surgido del golpe de Estado contra Manuel Zelaya”, recordó.
El internacionalista dijo que los representantes del oficialismo en Venezuela estuvieron “bastante activos” en ese entonces y eso suscitó críticas por la intromisión en ese país. Por último, consideró ilógico que el gobierno de Maduro pida respeto a los asuntos internos del país, cuando él ha ignorado las exigencias de la comunidad internacional para que respete los derechos humanos.