Julio Borges es uno de los líderes políticos responsables de que hoy pesen sanciones de Estados Unidos, la Unión Europea y Canadá sobre Nicolás Maduro y su entorno. La decisión de levantarse de la mesa de negociación que sostenía con Jorge y Delcy Rodríguez en República Dominicana en 2018 le costó su permanencia en el país.
Es diputado a la Asamblea Nacional por el partido Primero Justicia y presidió la cámara durante el periodo 2017-2018, año en el que se registró la mayor cantidad de muertes en Venezuela por protestar contra Maduro, 136 en total.
Aunque la Asamblea Nacional Constituyente lo acusó de preparar el magnicidio frustrado, junto a Juan Requesens, que se registró el pasado 4 de agosto de 2018, y le allanó su inmunidad parlamentaria de forma ilegal, Borges continuó recorriendo el mundo para lograr el rechazo pleno a las violaciones de los derechos humanos cometidas en Venezuela. Así, fue como, junto a otros líderes de la oposición, como Carlos Vecchio y Antonio Ledezma, consiguió que más de 40 países desconocieran el proceso electoral presidencial del 20 de mayo de 2018, cargado de vicios y violaciones a la norma electoral.
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En una entrevista exclusiva con El Pitazo, que ofreció a través de Instragram Live el jueves de esta semana, el ahora representante diplomático de Venezuela ante el Grupo de Lima asegura que Maduro puede salir del Palacio de Miraflores en cualquier momento. Destaca la necesidad de que el liderazgo opositor llegue a un acuerdo que le permita enfrentar las condiciones adversas del país una vez que logren el cese de la usurpación, que es el primer paso hacia la transición propuesto por el presidente encargado de Venezuela, Juan Guaidó.
El ministro de Comunicación, Jorge Rodríguez lo señaló de un intento de golpe de Estado. ¿Qué tiene que decir al respecto?
-En muchos episodios anteriores, Nicolás Maduro me ha responsabilizado de muchas cosas que le han tocado al régimen. Yo, la verdad es que me siento orgulloso de todo lo que he hecho, de haber hecho internacional el conflicto venezolano, de haber cercado financieramente al Gobierno; me siento orgulloso de haber cerrado una negociación contraria a los intereses de los venezolanos y de las demostraciones de calle que tuvimos en 2017.
Nicolás sabe que le hemos dado golpes certeros, pero no golpes militares, que le han hecho mucho daño al régimen y lo vamos a seguir haciendo por la libertad de Venezuela.
Esos señalamientos son patadas de un régimen que se está corrompiendo. Ahora, nosotros debemos lograr que nuestra agenda esté enfocada en salir de este gobierno.
¿Usted pateó la mesa de negociación de República Dominicana? Y si fue así, ¿por qué lo hizo?
–Sí la pateé, y siento mucho orgulloso de haber pateado esa mesa porque de lo contrario no hubiésemos logrado que se desconociera la farsa del 20 de mayo. Tampoco estaríamos donde estamos ahora, con un reconocimiento pleno de la Asamblea Nacional y de Juan Guaidó como presidente interino. Hay una presión enorme porque ha sido una película paso a paso.
¿Cómo y cuándo se escogió a Juan Guaidó como responsable para dirigir este proceso?
-Ha sido el resultado del esfuerzo y el trabajo de todos. El primer hito fue levantarnos de la mesa de República Dominicana y el segundo hito fue no participar en la farsa electoral del 20 de mayo. Ha sido un trabajo muy intenso. En septiembre del año pasado, Carlos Vecchio, Antonio Ledezma y yo nos reunimos en las Naciones Unidas y allí dijimos que Maduro tenía fecha de vencimiento.
Con María Corina Machado y Leopoldo López nos tocó la parte más dura que era reconstruir a la oposición, a través del Parlamento, donde se reconoció el acuerdo de gobernabilidad y que le correspondía a Juan Guaidó ocupar la presidencia de la Asamblea Nacional. Trabajamos muy unidos y muy coordinados para pedirle a la mayoría de los países que hubiese un respaldo a Juan Guaidó.
¿Recibieron presión de algún país para llegar a este momento?
–No. Nosotros construimos la presión, pero no la recibimos de otros países. Tuvimos que dedicarnos para que el mundo nos comprara la idea de libertad y democracia para Venezuela.
Logramos construir toda la presión posible para que los distintos países aceptaran la ruta que se ha marcado para validar el Parlamento, la transición y desconocer a Maduro.
¿Estaba en el acuerdo que Guaidó se juramentara como presidente encargado el 23 de enero?
-Este proceso ha ido por escalones. El primero era desconocer a Maduro a partir del 10 de enero. Luego, tener en cuenta que le correspondía al presidente de la Asamblea Nacional asumir las competencias del Ejecutivo bajo los artículos 233 y 350 de la Constitución. Pero esa necesidad de darle mayor formalidad llevó al 23 de enero, cuando Guaidó asumió la presidencia interina.
¿Cuánto tiempo le queda a Maduro en Miraflores? ¿Llega al mes de marzo?
-No hay posibilidad de que Maduro llegue a marzo. No hay manera de que Maduro pueda lograr quedarse en el poder ni estabilizarse. Es un presidente caído, no tiene piso político nacional ni internacional para sostenerse en Miraflores. Está en el proceso final de la decadencia de un Gobierno que ya cayó. Es una decisión irreversible, aunque intentaron montar un parapeto en Uruguay, que no les sirivió para nada.
¿Usted quiere decir que a Maduro le quedan tres semanas?
-No quiero crear expectativas porque sería algo irresponsable. Creo que estamos en un proceso que debe durar un tiempo más, puede caer hoy, puede caer mañana. No debemos tener ninguna duda de que el resultado es que Maduro va a salir del poder.
Y viene más presión a través de la ayuda humanitaria.
¿Qué pasará con la ayuda humanitaria?
-Maduro sabe que haga lo que haga para impedirla será derrotado. Una de las primeras leyes que aprobó la Asamblea Nacional en 2016 fue la ley especial para atender la crisis nacional de salud y el Gobierno cerró esa posibilidad. Si no deja que entre a nuestro país la ayuda, habrá más presión. Recientemente el Grupo de Lima logró que más países se sumaran a esto.
La Asamblea Nacional aprobó en primera discusión el proyecto de ley de amnistía. Sin embargo, no quedan establecidos los delitos que serán perdonados. ¿Esto deja la puerta abierta a la impunidad? ¿Cuál será el trato que recibirá Raúl Gorrín, y otros ciudadanos acusados de corrupción que están relacionados con la oposición?
–Esta ley tiene un fin muy claro. Está dirigida a la Fuerza Armada Nacional, si ellos contribuyen con el restablecimiento del orden democrático, tendrán garantías. Quienes han cometido violaciones a los derechos humanos no pueden recibir amnistía. Ahora, la corrupción no puede tener fronteras, son temas que deben tener igualdad frente a la ley. Se trata de una justicia que no tenga miramientos con nada que tenga que ver con temas de colores políticos.
¿En el acuerdo político hay alguna limitación para que Guaidó sea candidato presidencial ante un eventual escenario de elecciones libres y competitivas? ¿Usted se postulará?
–Para mí el tema único e importante es salir de Maduro, así que ni me lo planteo. Yo sí creo que hay que construir unas reglas del tema de la transición.
No hay impedimentos jurídicos ni políticos para que Juan Guaidó se postule como candidato presidencial. Cualquier venezolano es libre de postularse. Ledezma, Leopoldo, todos lo pueden hacer.
Sólo con un acuerdo muy unitario es que vamos a poder sobrepasar esos retos difíciles que vienen para sacar a Venezuela adelante.
¿Qué es lo primero que quiere hacer al llegar a Venezuela?
–Sinceramente, lo que quiero hacer es ver a mis padres, que tienen más de 80 años. Desde que salí de Venezuela el año pasado, no los he visto. Eso es lo primero que haré.
Entrevista realizada por César Batiz y Sammy Martínez