Caracas.- Este martes 30 de abril, antes del amanecer, Juan Guaidó, en compañía de Leopoldo López, anunció al país que el cese de la usurpación había comenzado gracias al apoyo de militares que le ofrecieron lealtad. Invitó a los venezolanos a salir a las calles e, inmediatamente, muchos ciudadanos atendieron su llamado.
En la avenida Páez de la parroquia El Paraíso, municipio Libertador, quienes se oponen a Nicolás Maduro trancaron la vía con cauchos, basura, rejas y escombros desde las 7:00 am; una hora después, efectivos de la Policía Nacional Bolivariana (PNB) comenzaron a reprimir a los manifestantes. Luego, volvían cada hora para disparar bombas lacrimógenas. Aun así, los vecinos de los edificios que están entre la Universidad Pedagógica Experimental Libertador (Upel) y la redoma La India, que conecta con la parroquia La Vega, colocaron barricadas en cada cuadra.
Yoly Blanco protestaba muy cerca del instituto universitario. Aseguraba que el plan era permanecer allí hasta que se logre la salida de Nicolás Maduro: “Aquí nos quedamos. Si tenemos que ir al baño, a comer, a cambiarnos, bueno, vamos y volvemos; pero no podemos abandonar las calles. Es ahora o nunca”. Además, rechazó la desinformación de los canales de televisión nacionales, ella se entera de lo que pasa a través de las redes sociales.
Una cuadra más adelante, una mujer que prefirió preservar su identidad, mostraba las cuatro marcas que le quedaron por disparos de perdigones ejecutados por los funcionarios de seguridad. Un grupo de jóvenes con las caras tapadas contaron que la protesta es un esfuerzo de toda la comunidad. “Aquí todos nos apoyamos, esto es una tarea de todos porque ya no queremos a Maduro en el poder. Ya basta”.
Las calles transversales de la avenida Páez estaban también llenas de vidrios rotos regados por el piso, ramas y troncos. En algunas vías quemaban algún caucho y el humo negro se levantaba unos 20 metros.
Frente a la parroquia Nuestra Señora de Coromoto, los manifestantes impedían, incluso, el paso de la prensa, cualquier conductor debía devolverse.
“Hay que trancar todas las calles porque no hay mañana. Ya son 20 años en esto, no puede ser”, gritaba Yuly Guerrero e invitaba a transeúntes a unirse a la protesta. Según ella, el alzamiento militar era una razón suficiente para salir.
“Hay que cambiar el chip de muchos. Hoy no es un día para trabajar. ¿Cómo trabajas si tenemos a este gobierno? Hoy hay que soltar los carros y las motos y para la calle”. Además, como varios de sus vecinos, para Yuly Juan Guaidó no es un líder, es la esperanza de cambio. “Esto ya no se trata de políticos, se trata de la unión de todos para cambiar esto”.