Ginebra, 27 feb (EFE).- El gobierno de Nicolás Maduro aseguró que sigue interesado en mantener una cooperación técnica de alto nivel con la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, aunque a condición de que no haya injerencia política de esta en el país. La postura fue expuesta este martes, 27 de febrero, en Ginebra por el ministro de Asuntos Exteriores venezolano, Yvan Gil.
«Hemos planteado un proceso de discusión con la oficina del alto comisionado para llevar la cooperación técnica al nivel que corresponde, sin injerencias ni participaciones políticas», aseguró el canciller en la sede europea de la ONU en la ciudad suiza.
Gil hizo estas declaraciones en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, después de que, a mediados de febrero, Venezuela suspendió las actividades de la oficina local y expulsó a sus 13 empleados.
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«La oficina en Venezuela se había alejado de su mandato de imparcialidad, realizando acciones impropias al erigirse en una suerte de bufete particular de grupos golpistas y terroristas», afirmó Gil ante el Consejo de Derechos Humanos.
«Ello nos obligó a suspender sus actividades en Venezuela hasta que se tomen los correctivos pertinentes», agregó y criticó a la oficina por no pronunciarse ni una vez ante las denuncias sustentadas del Gobierno nacional por los supuestos intentos de golpe de Estado y magnicidio.
«Por el contrario, la oficina se hizo eco de la campaña de sectores radicales que continúan atacando a las instituciones y al Gobierno de Venezuela», añadió el canciller.