Caracas.- El diputado Gilber Caro cumplió el 20 de julio siete meses en prisión. Su tercera detención desde que fue electo parlamentario en diciembre de 2015.
Sus detenciones han estado plagadas de irregularidades. Desde desapariciones forzosas por varias horas o días hasta no ser presentado en tribunales o no permitirle la defensa.
La cárcel no es un territorio desconocido para Caro, ejemplo de una reinserción social tan efectiva que logró incluso un cargo público. Sin embargo, sus estadías han sido pruebas muy duras para él dado el carácter político de sus detenciones.
Esta última en particular prendió las alarmas en su familia. Su hermana, Yeidi Carolina Caro, relata a El Pitazo, que ha vivido días de angustia.
La última visita a su hermano fue justo cuando cumplió siete meses preso, el 20 de julio. Ese día, el parlamentario le confesó que se estaba volviendo loco. A Yeidi esa frase le retumbó. Verlo tan delgado, la tiene preocupada.
“Se agarraba de las rejas y las apretaba. Está aislado en un espacio debajo de unas escaleras”, relata.
Gilber es el único preso en la sede de la Fuerza de Acciones Especiales (Faes), ubicada en Caricuao.
Ese último día que pudo verlo, Yeidi fue sometida a una requisa y se le exigió que se desnudara.
“El director nuevo le indicó a la funcionaria que me desnudara sin pena. El trato fue grosero. Lo querían hacer frente a los oficiales, pero luego me llevaron a una oficina”, cuenta la hermana del diputado.
“Me he levantado con fuerza”, dice, para denunciar lo que ocurre con su hermano, a quien se le niega la luz del sol, no le entregan la comida, ni las medicinas que le llevan.
Hace unos meses padeció amebiasis y tuvo que comer papel para poder curarse, cuenta Yeidi.
“Le dan de comer una arepa del tamaño de una tapa de mayonesa. No me lo contó, yo lo vi. Ha tenido que gritar para que le den agua. Esto no es justo. Basta ya”, dice mientras exige que organismos como la ONU y la alta comisionada, Michelle Bachelet, “hagan algo de una vez”.
A Gilber le tocó durante varios meses dormir en unas tablas. Ahora tiene un colchón que, aunque delgado, es colchón. Lo han golpeado, pero “esas heridas sanan. Ahora está sometido a algo mucho peor”, señala su hermana.
Solo le han permitido tener la Biblia, lo cual, es un consuelo, pero no le dejan tener libros.
Yeidi explica que desde que cambiaron a las autoridades del centro, le exigen que para ver a su hermano debe tener una autorización del director, quien está en otra sede.
Este 28 de julio, la hija de Gilber le informó que los funcionarios le indicaron que no podría verlo más. Ella está segura de que es por las denuncias que ha venido haciendo. Sin embargo, sostiene que lo seguirá haciendo y que será la voz de su hermano.
Pero además, la impulsa la preocupación porque Gilber se deprima. “Es un ser humano. Es normal que lo haga por lo que está viviendo. Yo estoy segura de que Gilber es fuerte y que nunca atentaría contra su vida, pero está vulnerable”, dice Yeidi, e insiste en que no han podido quebrarlo y también advierte por cualquier cosa que le pueda ocurrir.
El espacio en el que está recluido no solo está debajo de una escalera sino que hay dos rejas, una seguida de la otra, con candados.
Yeidi señala que durante este tiempo se ha sentido acompañada por el partido de su hermano, Voluntad Popular, incluso por el propio Juan Guaidó.
Yeidi considera que lo detuvieron porque se negó a recibir dinero para votar en contra de Guaidó el 5 de enero.
Insiste en que no han podido quebrarlo y por eso sería el ensañamiento en su contra.
Algo en lo que coincide la abogada de Caro, Theresly Malavé.
La abogada recuerda que en esta tercera detención, Gilber estuvo desaparecido un mes. El 20 de enero de 2020 recibió una llamada en la que le informaban dónde estaba el diputado.
La última vez que lo pudo ver fue el 1° de julio. Siete días antes del cambio de autoridades en la sede de la Faes.
Al contrario de Yeidi, que lo vio el 21 de julio, lo percibió tranquilo y relata que conversaron sobre la estrategia jurídica. En ese momento no lo habían cambiado al espacio debajo de las escaleras.
El 27 de julio, Malavé introdujo una denuncia por tratos crueles en la Fiscalía. La respuesta fue que debía esperar, ya que el fiscal tiene más casos debido a la contingencia generada por el coronavirus.
La abogada denuncia, además, que no hay ni expediente ni fiscal desde el 20 de enero y que no ha podido juramentarse, pese a que el diputado revocó al defensor público 33 que le fue asignado, ya que se le impidió tener defensa privada en la audiencia de presentación del 22 de diciembre de 2019.
“No hemos tenido acceso a nada. La jueza Hilda Villanueva no ha permitido que se defienda. No tiene abogado”, dice la abogada, que recuerda que han transcurrido seis meses y Gilber tampoco ha tenido la audiencia preliminar.
El caso del diputado ha sido llevado a instancias internacionales, porque aquí, en el país, dice Malavé, “no hay dónde acudir”.
Queda introducir un recurso de amparo, algo que pudiese estar haciendo esta semana, pero no apuesta mucho por esto, pues “no se respeta el debido proceso”, dice.
Para ella, el gobierno de Nicolás Maduro busca, con el caso de Gilber, dar castigos ejemplarizantes.
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Proceso lleno de irregularidades
La organización no gubernamental Acceso a la Justicia tiene una cronología de todas las detenciones de Gilber Caro y del proceso irregular que ha caracterizado estas detenciones.
11 de enero de 2017. Es detenido en la Autopista Regional del Centro (ARC) en Carabobo; lo acompañaba Steyci Escalona. Fueron interceptados en el peaje de Guacara por funcionarios del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin).
En aquella oportunidad, Tareck El Aissami, quien era vicepresidente del gobierno, aseguró que el parlamentario habría sido “agarrado in fraganti” en un acto de terrorismo. El diputado estuvo desaparecido por más de una semana.
22 de enero de 2017. Fue el entonces defensor del Pueblo, Tarek William Saab, quien informaba que Caro se encontraba en el Centro Penitenciario 26 de Julio, de San Juan de los Morros, estado Guárico.
30 de marzo de 2017. La Sala Plena del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) ordenó enviar el caso del diputado a un tribunal militar.
Para ese momento, el diputado no había sido presentado ante ningún tribunal, a pesar de que habían transcurrido más de 48 horas.
9 de mayo de 2017. La abogada Theresly Malavé denunció que el diputado era trasladado al Centro de Formación del Hombre Nuevo en Tocuyito, estado Carabobo.
1° de junio de 2017. Finalmente, se da la audiencia de presentación, casi cinco meses después de su detención, ante un tribunal militar que ratificó la privativa de libertad por los delitos de traición a la patria y sustracción de efectos de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (Fanb).
2 de marzo de 2018. Gilber Caro es trasladado desde el Centro de Formación del Hombre Nuevo Libertador, ubicado en Tocuyito, estado Carabobo, hasta la cárcel de Fénix, estado Lara, por un presunto plan para evadirse.
2 de junio de 2018. El diputado Caro fue excarcelado en un proceso de liberaciones con medidas restrictivas solicitadas por el Gobierno al Poder Judicial, y que incluyó a varios presos políticos.
26 de abril 2019. El diputado es detenido arbitrariamente en la madrugada.
17 de junio de 2019. Después de casi dos meses detenido arbitrariamente, el diputado Gilber Caro es liberado.
20 de diciembre de 2019. Por tercera vez, el diputado Gilber Caro es detenido arbitrariamente. También detuvieron a su asistente, el periodista Víctor Ugas.
20 de enero de 2020. Luego de un mes de desaparecido, la abogado del diputado Gilber Caro informó a los medios de comunicación que logró verlo y conversar con él.